Con los resultados emanados del referéndum celebrado en Reino Unido con victoria por la mínima del Brexit, los británicos pusieron en marcha la maquinaria para iniciar su desconexión de la Unión Europea (UE). No existe ningún precedente, por lo que las instituciones europeas y Londres tendrán que allanar un camino nunca antes explorado. ¿Quién será uno de los diplomáticos que liderará este particular divorcio? Ni más ni menos que el recién nombrado ministro de Exteriores, Boris Johnson.

La nueva primera ministra británica Theresa May ha delegado el Ministerio encargado de la relación con otros países a un personaje caracterizado por faltar al respeto con insultos poco diplomáticos a los líderes de los países con los que ahora tendrá que abordar un nuevo marco de entendimiento.

Boris Johnson: Erdogan es un "formidable gilipollas" y "pajero follacabras"

Johnson tendrá que lidiar con presidentes y primeros ministros del proyecto europeo al que comparó con el súper Estado que pretendía crear Hitler: “Napoleón, Hitler, varias personas intentaron esto (un súper Estado), y acaba de forma trágica. La UE es un intento de hacer esto con diferentes métodos”. Estas, aunque parezcan unas declaraciones graves por sí solas, las ha tenido mucho peores.

Una de las ofensivas más sonadas tuvo como destinatario el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan, al que calificó como “formidable gilipollas” y “pajero follacabras” (no hay otra forma de traducirlo). Eso sí, las palabras se las dedicó en un poema que envió al concurso convocado por la revista The Spectator, que pedía a los concursantes que enviaran composiciones sobre Erdogan.

“Cínica”. Así adjetivó Johnson a la canciller de Alemania, Angela Merkel, al considerar que esta cedió ante una de las presiones de Erdogan. Pero hay más. En otro alarde de su verbo fácil y fina prosa, aseguró que el presidente de Rusia Vladimir Putin “se parece a Dobby, el elfo doméstico de Harry Potter” pero en “despiadado y manipulador”.

"Putin se parece a Dobby, al elfo doméstico de Harry Potter, pero en despiadado y manipulador".

El ministro de Exteriores británico parece tener especial fijación por los diplomáticos estadounidenses. El presidente Barack Obama fue objeto de uno de los comentarios que ya demostraban cierto pensamiento racista de Johnson: “El presidente parcialmente keniano tiene aversión por el Imperio Británico”. Esta pequeña referencia a la ascendencia de Obama vino dada por la retirada del busto de Winston Churchill del despacho Oval.

Otros de los receptores de los elocuentes comentarios de Johnson fueron Hillary Clinton y Donald Trump, ambos candidatos a suceder a Obama en la Casa Blanca. La primera, según Johnson, le recordaba a una “enfermera sádica en un hospital psiquiátrico”. Con respecto a Donald Trump, afirma que en una ocasión, mientras visitaba Nueva York, le confundieron con el magnate empresarial y fue “uno de los peores momentos”.

Tras la dimisión de Nigel Farage como líder del UKIP, se podría pensar que las reuniones comunitarias perderían color. Nada más lejos de la realidad. La irrupción en escena del esperpéntico Johnson seguirá aportando momentos que darán la vuelta al mundo. La cuestión es si moderará su postura ahora que liderará las negociaciones para la desconexión del Reino Unido.