El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, ha enviado a Bruselas el documento de las alegaciones del Gobierno de España para intentar que la multa por déficit excesivo sea cero o la mínima posible. Ya no ha podido evitar De Guindos y el Gobierno del PP el bochorno de pasar a la historia como el primer país, junto a Portugal, en ser multado por incumplidor después de cuatro prórrogas en cuatro años consecutivos (todos los del Gobierno de Rajoy). El número 4 parece ser el favorito del ministro, dado que las alegaciones ocupan cuatro folios. Los argumentos defensivos reflejan una mentira más de De Guindos: se ha hartado de repetir que la inflación negativa (caída constante de precios) era buena para España y ahora es la principal culpable del déficit excesivo.

Cuatro folios y cuatro razones

Cuatro folios y cuatro razones expone De Guindos para que le crean en Bruselas. Las dos primeras se refieren a lo bien que lo ha hecho el Gobierno del PP ante la "herencia recibida": reducción del déficit a la mitad y la reforma laboral. Esos son los logros que exhibe, porque la mayor deuda pública en cien años (en 100% del PIB) y el mayor agujero en las cuentas de la Seguridad Social en décadas no es algo de lo que se pueda presumir.

A los dos principales logros suma dos justificaciones de la desviación del déficit a cierre de 2015 hasta el 5,03%: "La inflación negativa desde 2013 ha dificultado aún más el ajuste fiscal. La desviación negativa de la inflación respecto a la prevista ha tenido un impacto sobre el déficit público de 2015 cuantificado en 0,7 puntos porcentuales del PIB". Y añade el texto, a modo de súplica, que a la hora de evaluar a otros países en Bruselas "similares circunstancias económicas excepcionales fueron tenidas en cuenta". Prácticamente un folio de los cuatro dedica el ministro de Economía a lamentarse del impacto de la inflación negativa.

La otra causa que esgrime De Guindos es la bajada del IRPF en plena campaña electoral acometida por el Gobierno del PP, pero solo le dedica una frase: "Un elemento clave para explicar la desviación del déficit de 2015 ha sido que la recaudación impositiva resultó menor a la inicialmente prevista", y además vuelve a la carga con la inflación negativa al añadir a continuación que "los ingresos fiscales se han visto afectados tanto por una inflación inferior a lo estimado como por una reforma fiscal estructural destinada a reducir la cuña fiscal y a la mejor distribución de la renta".

¿Sólo dos líneas a la reforma fiscal?
Tras la lectura del documento enviado a Bruselas se deducen dos cosas. La primera es que Luis de Guindos una vez más mintió a los españoles, dado que lleva dos años diciendo que la inflación negativa es buena para los ciudadanos porque al bajar los precios tenemos más capacidad de compra. No hay más que recuperar el debate económico que tuvo lugar en el El Objetivo de La Sexta. Obvia el ministro en funciones que los sueldos han bajado más que los precios. Así que en Madrid dice que la inflación negativa es buena mientas que en Bruselas reconoce la verdad, que es mala y perjudica a la economía del país.

La segunda deducción es obvia: ¿Por qué De Guindos dedica solo una frase a la rebaja fiscal como una del culpable de no cumplir con el déficit? Porque sabe que en Bruselas la rebaja fiscal electoralista realizada por el Gobierno ha indignado a los socios europeos. Es como mentar la soga en casa del ahorcado. La Unión Europea se hartó de advertir a España de que no podía bajar impuestos, que debía destinar el crecimiento económico a reducir el déficit y a reducir la deuda pública porque eso era lo pactado y eso es lo que hacen los Gobiernos serios. Rajoy optó por utilizar los Presupuestos Generales del Estado (el dinero de todos) como si solo fueron del PP para hacer campaña electoral. Y eso se digiere mal en Bruselas. Y mucho peor en Berlín.