El Tribunal Supremo ha ratificado la sanción disciplinaria por falta grave que impuesta a un brigada de la guardia civil que  se fotografió de uniforme junto al cadáver de un preso fugado al que habían estado persiguiendo. El brigada envío la foto por whatsapp a un grupo formado por guardia civiles con el comentario AHÍ STA. FIAMBRE. Fue el 7 de febrero de 2014 y la foto saltó a las redes sociales viralmente llegando a reproducirse en medios de comunicación. La Sala V de lo militar ratifica la condena afirmando: “cabe confirmar sin gran esfuerzo que la fotografía en cuestión denotaba una actitud impropia y gravemente contraria a la dignidad de la Guardia Civil”.

El auto firmado por los magistrados Angel Calderón Cerezo, presidente; Javier Juliani Hernán; Clara Martínez de Careaga y García; Francisco Javier de Mendoza Fernández y Jacobo López Barja de Quiroga manifiesta sobre el brigada: “Revela indudablemente una conducta totalmente opuesta al comportamiento exigible a un miembro de la Benemérita Institución, que ha de demostrar en todo momento un respeto absoluto a los ciudadanos, actuando con la mesura e integridad moral que su condición de Guardia Civil le exige”.

La foto con el fugado

Los hechos probados de la sentencia del Tribunal Militar Central señalan que “el 7 de febrero de 2014 fue detenido en las inmediaciones de la localidad de Plasencia (Cáceres) Rafael R.G., poco después fallecido por herida de bala, individuo con numerosos antecedentes policiales y fugado el anterior día 21 de enero del Centro Penitenciario de Badajoz tras disfrutar de un permiso penitenciario, a quien con posteridad a ese día se le atribuían dos homicidios consumados cometidos en las provincias de Toledo y Badajoz, y otro homicidio intentado y un secuestro perpetrados en la localidad de Plasencia”.

Explica el auto que el brigada, al ser informado por el Centro Operativo de Servicio de la Comandancia de Cáceres de que el preso fugado se dirigía a bordo de un automóvil robado hacia la localidad de Plasencia, acudió por propia iniciativa, acompañado de otro guardia, a la zona donde finalmente falleció Rafael R.G. “Una vez allí, el brigada, 'que vestía el uniforme reglamentario del Cuerpo', se situó junto al cadáver de Robles, que yacía semidesnudo en el suelo, y pidió al Guardia (que le acompañaba) que le hiciera una fotografía, a cuyo fin le entregó su teléfono móvil”.

Subida al grupo de Whatsapp y más allá…

 “Hecha la instantánea, el brigada la difundió algo antes de las 14:00 horas, utilizando la aplicación de mensajería WhatsApp, a los miembros de un grupo de comunicación formado exclusivamente por guardias civiles destinados en el puesto a su mando, denominado “Pto. Malpartida”, acompañando a la fotografía el comentario AHÍ STA. FIAMBRE”, continúa.

Ese mismo día la foto comenzó a difundirse por grupos de mensajería de whastapp ajenos al de sus compañeros de la Benemérita al que lo había enviado inicialmente el brigada, como por ejemplo el relacionado con los carnavales de la localidad de Tejeda del Tiétar. Según relata el auto “la misma fotografía apareció publicada por el diario “Hoy” de Badajoz el día 8 de febrero de 2014, con el comentario “la fotografía que voló por las redes sociales”, apareciendo también el 11 de dicho mes en la página web radiointerior.es”.

El brigada rechaza la sanción

El director general de la Guardia Civil, el 8 de enero de 2015, impuso a este suboficial una sanción de pérdida de doce días de haberes con suspensión de funciones como autor de una falta grave consistente en “la observancia de conductas gravemente contrarias a la dignidad de la Guardia Civil”. Así lo ratificó la sentencia del Tribunal Militar Central que fue recurrido ante el Supremo por el brigada que aparece como Ángel C.B. en el auto. Ahora la Sala V de lo militar rechaza el recurso y confirma la sanción.

Lo que aducía el brigada el brigada, era que su actuación no suponía falta disciplinaria, ya que él no había sido responsable de la difusión de la foto fuera del ámbito interno de profesionales de la guardia civil, y argumentaba en su recurso que debería haber castigado a quien realizó su difusión a personal civil que fue el origen del gran revuelo creado en medios de comunicación regional y nacional donde se recogió la foto.

Para tranquilizar a los compañeros

Es decir, el suboficial aseguraba haber remitido la foto sólo y exclusivamente a sus compañeros para informarles de la muerte del preso fugado y tranquilizarles. Pero el Supremo ha rechazado  el argumento confirmando la responsabilidad en que ha incurrido el guardia civil “como negligente punto de origen de la gran difusión que en definitiva alcanzó la imagen que nos ocupa”.  Asimismo subraya la gravedad de su comportamiento, “pues cabe confirmar sin gran esfuerzo que la fotografía en cuestión denotaba una actitud impropia y gravemente contraria a la dignidad de la Guardia Civil.

“Tan solo hemos de remitirnos a los hechos que se relatan en la sentencia impugnada para corroborar que, el hacerse fotografiar delante  del cadáver semidesnudo de un presunto homicida y secuestrador y hacerlo -como significa la sentencia de instancia- <<vestido con el uniforme del Cuerpo y en actitud que denota una cierta arrogancia>>, difundiendo a continuación dicha fotografía acompañada del comentario AHÍ STA. FIAMBRE.”

Comprometida la dignidad de la Benemérita

Para los magistrados de la Sala V del Supremo, ello “revela indudablemente una conducta totalmente opuesta al comportamiento exigible a un miembro de la Benemérita Institución, que ha de demostrar en todo momento un respeto absoluto a los ciudadanos, actuando con la mesura e integridad moral que su condición de guardia civil le exige”.

La sentencia, que destaca que el brigada contaba con casi 34 años de servicio en el Cuerpo, agrega que “la reprochable fotografía obtuvo una gran difusión al ser reproducida en los medios de comunicación social, y que el recurrente hubiera debido valorar antes de ponerla en circulación, que podría llegar finalmente a conocimiento público, lo que sucedió y hace que quepa atribuírsele también al recurrente esta posterior difusión generalizada y que, finalmente,  la dignidad de la Guardia Civil quedara gravemente comprometida con su comportamiento”.