Piña rellena con jamón.
¿Con qué?
Una piña, trescientos gramos de jamón serrano en virutas, doscientos gramos de jamón cocido en lonchas, cien gramos de crema de queso y un limón.
¿Cómo?
Este es un plato muy sencillo, efectivo y veraniego. Según el número de comensales necesitaremos una o dos piñas; antes de pelarlas le quitaremos el núcleo central. Sobre un papel de aluminio extendemos una loncha de jamón cocido y encima ponemos jamón serrano -volvemos a recordar que la calidad la elige cada uno- y extendemos una capa fina de crema de queso, al gusto, ponemos otra loncha de jamón cocido y varias láminas de jamón serrano y crema de queso. Ayudándonos del papel de aluminio hacemos un rollo, lo más apretado posible, en forma de tubo y lo metemos en la nevera una hora. Antes de empezar a comer lo introducimos en el hueco del núcleo de la piña, la pelamos y servimos dos rodajas por persona.
Arroz con boquerones.
¿Con qué?
Trescientos gramos de arroz –recomiendo bomba-, medio kilo de lomos de boquerones frescos, dos tomates maduros, una cebolla mediana, un pimiento verde, pimentón, un hueso de rape, una patata, una pizca de azafrán, aceite de oliva y sal.
¿Cómo?
En el recipiente donde vamos a hacer el arroz, ponemos tres cucharadas de aceite de oliva y pochamos la cebolla cortada en dados y el pimiento verde al mismo tiempo que en una cazuela con bastante agua cocemos el hueso de rape y la patata pelada y pellizcada. Ponemos los lomos de boquerón sobre el pochado dos minutos a fuego vivo y los retiramos, echamos un poco de pimentón y un pellizco de azafrán, rehogamos el arroz, y cubrimos de caldo -doble porción de caldo por una de arroz y un poquito más- dejamos que cueza doce minutos -sin mover a partir del minuto 5- añadimos los lomos de boquerón sobre el arroz, dejamos cocer cinco minutos más, apagamos y cubrimos con un paño limpio durante un ratito. Servimos arroz y lomos de boquerón a todos por igual.
Crema de helado con fruta del tiempo, partimos la fruta a nuestro gusto en trozos pequeños y la añadimos al helado del sabor que nos plazca que hemos dejado fuera de la nevera unos minutos para hacer una crema manejable.
