El escándalo de las grabaciones reveladas por Público y protagonizadas por Jorge Fernández Díaz y Daniel de Alfonso continua. Durante la primera de las dos reuniones conocidas, el día 2 de octubre del año 2014, el director de la Oficina Antifraude de Cataluña expuso al ministro del Interior un plan estratégico para reemplazar a Artur Mas de la presidencia de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) por un hombre de su confianza.

El elegido era Germà Gordó, por aquel entonces conseller de Justicia, y el plan enarbolado pretendía arrebatar las riendas de Convergencia al president de la Generalitat para dinamitar una posible alianza electoral con Esquerra Republicana y poner diques a la celebración de un referéndum en Cataluña.

De Alfonso menciona en las grabaciones que Gordó contaría con el apoyo de los empresarios, entre ellos nombres destacados como Isidre Fainé -presidente del Grupo La Caixa-, José Luis Bonet -presidente de la Cámara de Comercio de España y de Freixenet-, José Manuel Lara -presidente del Grupo Planeta y de Atresmedia, fallecido en 2015- o Julio Fernández, de la asociación de empresarios gallegos de Cataluña.

De Alfonso le seguía la corriente al ministro

El director de la Oficina Antifraude de Cataluña ha quitado hierro al asunto durante su comparecencia ante el Parlament de Cataluña. Ha asegurado que tan solo se dedicaba a seguirle “la corriente” al ministro para ganarse su confianza ya que, según Daniel de Alfonso, su trabajo consiste en “ganarse la confianza de quien sea” a fin de obtener informaciones que puedan ayudarle en sus investigaciones.

Asimismo, se defiende asegurando que él no tiene el poder para poner y quitar líderes políticos. Por otro lado, afirma que las conversaciones han sido descontextualizadas ya que sus reuniones con Jorge Fernández Díaz duraban entre una hora y media y dos horas, por lo que escuchar solo un fragmento puede generar confusiones.

El plan para reemplazar a Mas

La idea de Daniel de Alfonso era apelar a la vanidad “que todo ser humano tenemos”, tal y como se le escucha en las grabaciones, y ofrecerle pasar a la historia como el “único expresidente de la Generalitat que va a ser asesor también del Gobierno en temas de política territorial”. El plan provocaría que Artur Mas dejara la presidencia en unos 18 meses, un tiempo que Jorge Fernández Díaz consideraba excesivo.