El tema que más tuits ha provocado esta semana ha sido sin duda el debate electoral entre los candidatos a la Presidencia. Esta vez, sí, estaban todos.

Había una gran expectación. Los tuiteros estaban en sus puestos de combate:

No era para menos, el debate electoral es el mejor programa de humor del año. El Plasma, el Coletas, el Guapo y el Acelerao iban a darlo todo. Nadie sabe por qué, pero empezó varios minutos tarde:

Los candidatos posaban con estilo. Cada uno con el suyo. Mariano Rajoy a punto estuvo de pedirle una ración de gambas al camarero de la coleta:

Había tres moderadores, pero no les hicieron mucho caso:

El primer bloque fue el de economía. Ahí Rajoy estuvo brillante.

Venía muy preparado. Llamó la atención la cantidad de post it que tenía sobre el atril:

Y alardeó del sistema sanitario español, ese que no se cargó porque no le dejamos. Daba argumentos de peso:

Alguna mentirijilla se le escapó:

Fue un debate demasiado rígido y acartonado. Para muestra, la música que sonaba entre bloque y bloque:

Pablo Iglesias estaba asombrosamente comedido. No quería dar miedo. En lugar de gritar, susurraba, como si fuera una psicofonía:

Le decía con cara de pena que el enemigo no era él, pero Pedro no lo tenía claro:

Pedro Sánchez repetía una y otra vez lo mismo. Le faltó escribírselo en el cielo:

El debate avanzaba y había inquietud para ver en qué minuto saldría el tema de Venezuela. Albert Rivera había hecho un amago nombrado a Grecia, pero la palabra mágica se resistía. En la sede de IU habían prometido un chupito por cada vez que se pronuniciara. Tardó, pero por fin hubo premio:

Lo sacó Rivera, claro. También tuvo ataques para Rajoy, pero sin pasarse, que uno es de centro:

Por unos momentos pareció que el debate se animaba:

Sobre todo cuando Albert utilizó su técnica combinada:

Pero en general fue un debate algo aburrido. De no ser por Twitter nos habríamos quedado dormidos:

Rajoy incluso se quedó pegado al atril:

¿Ganadores? Dicen que todos estuvieron correctos, y que Rivera lo hizo mejor que la otra vez. Mariano salió vivo, cosa que Pedro Sánchez estuvo a punto de no hacer: