Seguimos. Estábamos en la necesidad de fórmulas socialdemócratas para cambiar el rumbo en el que algunos nos han embarcado. Fórmulas claras y concretas. Es lo que decíamos hace una semana. Por lo que estamos viendo a un mes vista de otras nuevas elecciones es que los partidos, -un tanto irresponsables-, se centran en la polarización de la política. Es la estrategia del frentismo; es la estrategia de presumir vencer al enemigo. Pero claro, estos politiquillos y politicastros (Madariaga) tienen que crearse un enemigo; de lo contrario, ¿cómo lo van a vencer?

El grave problema de esta estrategia es que, a lo largo de la historia, los frentismos han dado muy malos resultados. Han sido siempre destructivos. Izquierdas contra derechas; gobierno contra oposición;  catalanes contra españoles; comunistas contra fascistas. Hoy pretenden rememorar esta estrategia PP y Podemos. Siempre con pésimos resultados. Fue a partir del final de la Segunda Guerra Mundial cuando surge la socialdemocracia para demostrar que la solución no estaba en los frentismos, sino en proponer soluciones a los problemas de la gente.

Por eso, cuando el otro día oí decir a Pedro Sánchez que no iba a subir los impuestos a las clases medias y trabajadoras, pero que iba a introducir reformas fiscales para que los que más tienen paguen más, me sonó muy bien. Sí. Propuestas que respondan a las inquietudes de la gente. Pero dicho así no es suficiente. Se queda en una declaración de buenas intenciones. El ciudadano de a pie no se conforma con eso. Quiere saber, antes de depositar su voto en la urna, cuánto va a pagar.

Lo que ahora tiene que decir el PSOE, es: desde 1 a 2, nadie va a pagar impuestos; desde 2 a 3 se va a quedar como está; desde 3 a 4 van a pagar tanto; y así sucesivamente, para que todo el mundo sepa en qué tramo se encuentra y cuánto va a pagar. El mensaje no es: ¡Qué paguen los ricos! Para enfrentar a ricos y pobres. No. Hay que decir que se van a derogar todas las amnistías fiscales; que se va a perseguir el fraude fiscal; que todos van a devolver lo defraudado; qué beneficios van a tener los pequeños empresarios; que van a desaparecer las triquiñuelas para evadir impuestos. Todo eso es lo que hay que decir con claridad, con cifras y datos. Seguiremos. Hasta la semana que viene.