“Que todos esos CERDOS SEPARATAS que han ultrajado el Himno se sequen las lagrimas con la estelada. ¡Viva España!”. Tweets  publicado por Inma Sequí, responsable del partido Vox en Cuenca, que en agosto de 2015 saltó a la palestra informativa al ser atacada y golpeada por un grupo de tres personal al grito de “fascista”, según la denuncia presentada por esta joven promesa del partido extremista, del que fue cabeza de cartel en la Ciudad de las Casas Colgadas en las pasadas elecciones locales. Como era de esperar, el mensaje de Sequí colgado en su cuenta de Twitter, con 28.000 seguidores, tras el final del partido que en la noche del domingo enfrentó al Barcelona y al Atlético de Madrid, ha incendiado las redes sociales donde ha habido de todo un poco, pero sobre todo críticas a las formas expresadas por esta joven estudiante de derecho.

“Y lo mantengo”

La también vicesecretaria de juventud de la formación política de extrema derecha, lejos de dar marcha atrás o matizar su mensaje, ha vuelto a insistir en el insulto, “y lo mantengo”, ha dicho, al mismo tiempo que señalaba que su primer tweets “va dirigido a los que, con el amparo de políticos pitaron el himno de mi Patria impunemente”. Menos mal que Inma Sequí no vio la carrera de moto GP en Italia, donde los seguidores de Rossi no dejaron de pitar el himno de España cuando Jorge Lorenzo y Marc Márquez subieron al pódium para recoger sus trofeos del Gran Premio italiano. Nadie, por eso, se rasgó las vestiduras, ni España llamó a consultas al embajador. Ni siquiera la prensa más cavernaria de España se indignó (ya venía indignada de días atrás).

“Por qué se ha despertado este odio”

En este sentido, el derrape verbal emitido en las redes sociales por Inma Sequí, llamado “cerdos separatas” a los aficionados que decidieron pitar el himno, entra en clara contradicción con sus reconciliadoras declaraciones en agosto de 2015, cuando a las puertas de su casa sufrió la injustificable agresión citada. En declaraciones a los medios, la joven promesa de VOX dijo: “Debemos saber de dónde viene esto y por qué se ha despertado este odio al que piensa de forma distinta”, añadió, “es un acto liberticida”.

Tolerancia para ella, sí; para otros, no

Sequí, con buen criterio, se mostró en aquella ocasión convencida de que el ataque estaba motivado por su  militancia política, ya que “defiendo ideas con las que algunos no están de acuerdo”, dijo, lo mismo que los aficionados catalanes reivindicaron el domingo su derecho a expresarse en libertad, y no por ello deben ser catalogados de “cerdos separatas”. Tal vez, sea ésta la forma de mostrar sus quejas por el enfrentamiento territorial, surgido a partir de que el PP accediera al poder en diciembre de 2011 y el mensaje de Mas se radicalizara.

Seguridad privada

La familia y el partido de la joven extremista, que en su día también reconoció haber recibido “muchos ataques de la izquierda radical”, aunque, eso sí, “verbales y a través de las redes”, barajó en su momento pedir protección policial por temor a que la agresión se repitiera. Tanto es así, que Santiago Abascal, presidente de VOX, pidió medidas “por la seguridad de nuestra compañera”. El dirigente nacional, que se desplazó a Cuenca para estar con Inma Sequí, avaló las declaraciones de su compañera, insistiendo que “más allá de las lesiones”, se trata de un “atentado político, por las pretensiones que tenía de acallar y porque han intentado amedrentar a una persona”, señaló en agosto de 2015.