Contábamos en ELPLURAL.COM hace unas semanas que María Dolores de Cospedal estaba arrinconada en Génova, que “Dolores está en caída libre y ya ni siquiera Mariano Rajoy está dispuesto a minimizar el batacazo”. Cospedal no sólo había perdido la presidencia de ‘su’ Comunidad, sino que después, el 20D, el PP castellano manchego se había dejado 70.000 votos y dos diputados el 20D. La apuesta de Mariano Rajoy por el nuevo PP, en el que él seguiría siendo casi el único representante del viejo PP, parecía concretarse en el traspaso de poderes a los jóvenes vicesecretarios generales, en detrimento de la vieja guardia, los dos encarnizados enemigos de Génova en el último lustro largo: María Dolores de Cospedal, y Javier Arenas.

Un relevo generacional.., más o menos

Después, hace menos de un mes, el pasado 27 de abril, publicamos la información que nos llegaba de nuevo desde el interior de Génova, según la cual Fernando Martínez Maíllo era ya de hecho el nuevo mandamás en Génova, en detrimento de una Cospedal ya sólo a la espera de que las elecciones y una posible victoria del PP le abrieran la puerta de un ministerio para abandonar el mando del partido con dignidad.

Cuando publicamos esta información, recibimos llamadas desde la estructura del propio Partido Popular. No era así, venían a decirnos. Al menos no completamente. No era cierto ese arrinconamiento total de Cospedal. Y, sobre todo, no se vivía una lucha interna viejo PP-nuevo PP. En realidad, sin embargo, vinieron a darnos la versión ‘azucarada’ de lo que veníamos contando, como explicaremos más adelante.

Las verdades de Rita

Lo cierto es que los nuevos vicesecretarios generales tienen el poder, llevan el día a día del partido, “son una piña” (como gráficamente se nos reconoció), pero también es verdad que se sienten desvinculados y sin responsabilidades con respecto al viejo PP. Y este miércoles, en el diario La Razón, ese enfrentamiento se concretaba en un hecho sólo aparentemente superficial.

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Martínez Maíllo, el nuevo confidente de Rajoy.., el 'nuevo PP'; un cambio que deja heridos en el camino. Foto Flickr PP

El periódico de Marhuenda le da portada y toda una página a Rita Barberá para que se explaye y pueda expresar su resentimiento contra ese nuevo PP: "Barberá estalla contra los vicesecretarios: "Están ocupados en Eurovisión"". Por un lado, se cuenta en La Razón cómo la ‘vieja Rita’ le da duro a Martínez Maíllo, responsable de Organización dentro de la estructura de Génova, al que acusa de infidelidad por desvelar que se ha visto obligada a dar cuentas a un instructor interno del PP que quiere aclarar lo sucedido en el caso de las ‘autodonaciones’ en el PP valenciano.

Pero por otro, y casi más duro, en La Razón cuentan cómo le da Rita al otro estrella del momento en el grupo de los nuevos, Javier Maroto, vicesecretario de Acción Sectorial. Y lo hace con doble navajazo. Primero pidiéndole que se ocupe de su propia condena y de la del ministro de Sanidad en funciones, Alfonso Alonso, condenados en comandita por el Tribunal de cuentas a devolver 400.000 euros por irregularidades cometidas cunado ambos mandaban en Vitoria. Después, ironizando sobre el hecho de que Maroto fue pillado por la noticia de su condena cuando ejercía de “eurofan” junto a su marido en Estocolmo, en plena fiesta de Eurovisión.

Comidas de la chiquillada con Rajoy

Como decimos, una prueba de cómo respira por la herida el viejo PP ante la evidente decisión de Rajoy de pasar página y enterrarlos. Y retomamos las llamadas que nos llegaron desde Génova después de anunciar el pasado abril la sustitución formal en el próximo congreso, pero que de facto ya está en vigor, de Cospedal por Martínez Maíllo.

Y es que en esa llamada se nos desveló “el extraordinario ambiente que reina entre los vicesecretarios generales” (Martínez Maíllo, el jefe, y Andrea Levy, Pablo Casado y Javier Maroto), que a menudo se reúnen en comidas a medias de trabajo, a medias de confraternización para hacer piña. Comidas, nos dicen, a las que a veces se invita a Cospedal, reina madre a espera de paso a mejor destino, pero a las que, prueba de pruebas de quién manda en Génova, quien se suma con frecuencia es Mariano Rajoy. El Presidente y sus cachorros. El perenne superviviente del viejo PP y sus nuevos cachorros del nuevo PP. El heredero de sí mismo, quiere seguir, con la transfusión de nueva sangre, pero los viejos, al menos algunos, no parecen felices del futuro que se les prepara. El ya muy atrasado congreso del PP, en otoño, al fondo.