Su tienda flagship está en Alonso Martínez, en una de las zonas más cool de la capital. Al entrar, se percibe que el diseño y el buen gusto forman parte del adn de esta compañía. ¿De verdad venimos aquí a hablar de basura? No solo a hablar, sino a tocarla y a vestirnos con ella. Aquí es donde la utopía deja de serlo y se convierte en una realidad tangible. Donde se demuestra con hechos que se puede hacer negocio y, no solo respetar el medioambiente, sino mejorarlo.

Javier Goyeneche es de esos visionarios que se creen su proyecto y consigue que tú te lo creas también. Para un escéptico en materia de reciclaje como yo, es todo un descubrimiento. No vende un producto, vende una historia. Y lo hace como nadie. Así que procuro mantener la distancia para no perder la objetividad y no dejar que me marque un gol por toda la escuadra.

Siempre nos estamos preguntando qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos, pero es más importante qué hijos vamos a dejar a nuestro mundo

Lo primero que hace es ponerme las pruebas delante de la cara. Dos botellas y una bobina de hilo marcan el camino que va desde el mar hasta los armarios: de escama a polímero y a hilo. Suena sencillo, pero es uno de los procesos más innovadores del sector textil. “Cuando empezamos a sacar el plástico del mar, nos decían que no podríamos hacer telas, que era demasiado sucio”.

Con tiempo, inversión en I+D y ligeras dosis de cabezonería, han desarrollado más de 85 tejidos cuyo material es reciclado en más de un 80 por ciento, frente al 15 por ciento de la mayoría de otras marcas de su entorno. El coste ha sido elevado, pero como el propio Goyeneche reconoce, “ya empezamos a ver los retornos de esas inversiones y llegará un momento en que hacer un tejido reciclado será igual que hacer uno no reciclado, en términos de coste”. ¿Cuándo sucederá eso? “Es una cuestión de volúmenes”, explica.

La sostenibilidad no está incluida en el proceso educativo, no está en los libros de texto de los colegios

Lo cierto es que hoy sus prendas están en las tiendas más prestigiosas de todo el mundo. “Allí, nosotros no tenemos la capacidad de contar la historia. Por eso, el producto tiene que tener un buen diseño, ser de calidad y competitivo”. Pero el hecho de tratarse de prendas sostenibles genera un plus en forma de fidelidad a la marca. “Hay mucha gente que una vez que comprueba que las prendas son de buena calidad, la marca le cae bien y repite”.

EL UPCYCLING ES LA RESPUESTA

"Mucha gente ve el reciclaje como coger la manta de tu abuela y hacerte una mochila. Es decir, estás transformando algo que tenía un valor en otra cosa que tiene otro. El upcycling es algo más. Es coger una cosa que no tiene ningún valor y transformarlo en un producto que sí lo tiene", explica Goyeneche.

Y con ese modelo en la cabeza, la respuesta parece obvia. "Basura va a haber siempre. Es inherente al ser humano. No se trata tanto de generar menos, sino de convertir algo que es negativo, en positivo". El resultado es una materia prima casi inagotable para su proceso de producción.

Y no sólo para el suyo. Su "Proyecto del mar" recoge la basura extraída por las redes de arrastre, la clasifica y la envía a sus diferentes canales de reciclado. "Estoy seguro de que el aluminio que sacamos nosotros le sirve a alguien".

LOS ACTORES DEL CAMBIO

Goyeneche reconoce “no tener mucha fe en los gobiernos, ni en las grandes estructuras. Creo que el cambio tiene que venir de los ciudadanos y de las compañías nuevas”. Algo que, a su juicio, ya está sucediendo. “Viene una nueva generación de compañías que quieren hacer las cosas de forma diferente y que quieren demostrar que se pueden hacer las cosas de forma diferente. Ese es el cambio”.

Cuando empezamos a sacar el plástico del mar, nos decían que no podríamos hacer telas, que era demasiado sucio

Un proceso que va a ser complicado, por las peculiaridades de la sostenibilidad. “El coche eléctrico es caro, la comida orgánica es cara… Nosotros cuando arrancamos teníamos dos problemas: primero, que el reciclaje tenía una componente peyorativa; y segundo, el precio, porque queríamos que no fuese una barrera”.

Sin embargo, Goyeneche considera que "el cambio es imparable. Lo notamos más en unas zonas que en otras, por supuesto. En el norte de Europa, nosotros lo percibimos muchísimo. Y en algunas zonas de Estados Unidos y Japón. En España quizá menos".

Pero la transformación viene, sobre todo, de las nuevas generaciones. "Los niños lo entienden en seguida", a pesar de que en nuestro país "la sostenibilidad no está incluida en el proceso educativo, no está en los libros de texto de los colegios".

Y remata con una frase lapidaria, pero cargada de razón. "Siempre nos estamos preguntando qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos, pero es más importante qué hijos vamos a dejar a nuestro mundo".

Javier Goyeneche sigue empeñado en que ayudemos a limpiar el mar a base de vestirnos... con basura.