El Parlamento Europeo tiene una oficina abierta en cada una de las capitales de los 28 países miembro y también en algunas de las principales ciudades del continente. Al frente de cada una de esas oficinas hay un funcionario del propio Parlamento elegido en un concurso restringido. Durante décadas, un concurso limpio y libre de influencias políticas y de amistad. No últimamente. No en el proceso que está a punto de decidir el nombramiento del nuevo Director de la Oficina del Europarlamento en Madrid.

Un concurso manipulado

Esta vez, cuando se ha cumplido ya el mandato de siete años del actual director, Ignacio Samper, según le revelan a ELPLURAL.COM en fuentes del propio Parlamento Europeo, se ha producido toda una trama de presiones e intereses en los que se mezclan preferencias políticas y personales que alcanzan, incluso, al Presidente de la institución, el alemán Martin Schulz.

Para entender bien todo el entramado, lo primero que hay que exponer es cómo se elige a los directores de cada una de estas oficinas. Cuando se produce una vacante se abre un concurso restringido a los propios funcionarios del Parlamento Europeo. Un concurso, que no una oposición, en el que el jurado, internacional, escucha y valora a cada uno de los candidatos, y entre los que selecciona una terna a los que ordena por preferencia, siempre motivada.

En el caso de España, al cumplirse el septenio de Samper, se abrió ese concurso y se celebró el examen. El resultado, según informan a ELPLURAL.COM en las fuentes citadas de Bruselas, lo encabezó un ya veterano eurofuncionario gallego, Christian Maurín de Fariña; el segundo elegido fue Luis Martín Guillén, y en tercer lugar entró una funcionaria que en la actualidad es la jefa de prensa de la oficina del Europarlamento en Madrid, María Andrés. Nos aseguran que en el caso de ésta, la inclusión se realizó en último momento y “con calzador” porque, aquí la novedad ante lo que históricamente era una elección libre, es la preferida en círculos del PP y de personas en el entorno del actual presidente del Europarlamento.

Extraña comunión de intereses

“La regla -nos dicen- es que el elegido sea el número uno de los propuestos, salvo por excepcional renuncia de los candidatos, que no se han producido en este caso”. Lo que sí está habiendo, según nos aseguran, son presiones en favor de María Andrés sobre Klaus Welle, el secretario general de la Eurocámara, que es quien al final tiene que oficializar el nombramiento. Presiones que estarían encabezando los populares Ramón Luis Valcárcel, el expresidente de Murcia y actual vicepresidente del Europarlamento, y el portavoz del Grupo Popular en esta cámara, Esteban González Pons, con el apoyo de un hombre de la absoluta confianza del Presidente del Parlamento, un funcionario cercano a Unió y portavoz del Parlamento, Jaume Duch, amigo cercano de María Andrés.

Entre los europarlamentarios españoles el asunto está provocando, nos aseguran, gran revuelo. Por un lado, el Grupo Socialista, según ha sabido ELPLURAL.COM, ya ha hecho saber al secretario general, Welle, y al propio presidente de la Cámara, Schulz, que exige que se respete la designación conforme a los resultados del concurso. Por el lado popular, el asunto ha abierto también heridas internas, ya que los otros dos elegidos, aunque como Andrés son funcionarios y por tanto no tienen adscripción política, son considerados ideológicamente también cercanos al PP.  

¿Por qué esa apuesta de Pons y Valcárcel por esta candidata? Por una coincidencia de intereses, según le explican a nuestro diario en las referidas fuentes de la Eurocámara.  Jaume Duch, como decimos amigo personal de María Andrés, cuenta con una gran influencia sobre el presidente Suchlz, y los dos eurodiputados españoles actuarían de esta forma de manera favorable a los ojos del jefe alemán en una versión del 'hoy por tí...'