La “Virgen del Amor” se hizo famosa gracias al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz. Su piedad es constante y conocida desde hace años. Jorgito pretende cristianizar España y se dedica, de tanto en tanto, a distribuir medallas marianas en su ámbito policial, político y ministerial.

Es Caballero de la Gran Cruz del Mérito Constantiniana de San Jorge. Todo este tinglado parece mentira, pero es verdad. Si accediéramos, ¡ojalá!, a circular por el túnel del tiempo podríamos, sin duda, observar que estos caballeros eran una especie de cruzados guerreros en nombre de Dios. ¿De qué Dios?

Pues bien, este peculiar sujeto nombró director general de la Policía a Ignacio Cosidó, un deslenguado apenas sin freno. El otro actor de teatrillos es el actual jefe máximo de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, que de joven fue falangista, y ahora es amiguete de Rajoy.

El director de la Policía cargar contra los adversarios del PP pero decir que ETA y Podemos son partidos parecidos es una barbaridad

El director de la Policía, Cosidó, ha vuelto a cargar contra los adversarios del PP. Ha lanzado, como es propio de él, una mentira y, además, una falsedad. Venir a decir, más o menos, que ETA y Podemos son partidos parecidos es una barbaridad.

Y también lo es, cuando El turco García Margallo, ministro de Exteriores del Gobierno del PP, ha soltado otra canallada de las suyas. Sostiene ahora Margallo lo siguiente: “Podemos es un peligro para España”.

O sea, que debe estar muy acojonado don Mariano, si pretende lograr votos favorables al Partido Popular. El miedo a que viene el lobo, que viene el lobo, acaba siendo, con frecuencia, una estupidez por mucho que diga Margallo lo que ha dicho. Y mezclar a Podemos con un peligro nacional no es más que un recurso estólido. 

El peligro nacional, ciertamente, no es Podemos, sino el Partido Popular. Podemos no ha gobernado todavía y, por tanto, todo lo que algunos dicen de ese partido está por ver. La corrupción del PP viene de muy lejos. Empezó en España con la Dictadura y no ha acabado. El peligro no es Podemos. El peligro es el entorno que mantiene Rajoy y que siempre es capaz de disculpar. Aquí no pasa, nada.