Izquierda Unida, dividida en más o menos partes, abre este lunes la consulta para saber si confluye con Podemos y cierra una alianza para concurrir de manera conjunta a las elecciones generales del 26J. Las discusiones en la coalición son constantes, con cruce de acusaciones entre sus dirigentes y, en particular, las facciones que representan por una lado Alberto Garzón y, por otro, Gaspar Llamazares y su Izquierda Abierta.

El gran defensor e impulsor de la alianza con el partido de Pablo Iglesias es Alberto Garzón, que esta mañana ha hablado sobre el asunto en la cadena SER.

Ha habido controversia acerca de la pregunta que IU plantea a sus militantes (los dos primeros días, lunes y martes, online y el miércoles, de manera presencial). Se acusa al equipo de Garzón de plantear una consulta con una cuestión demasiado “genérica” que podría ser interpretada como una carta blanca en manos del dirigente de IU. Él lo ha negado con un “en absoluto”. A su juicio es una “pregunta completa sobre un marco de negocación”. Asegura que en la misma se “reconocen las diferencias entre ambas formaciones” y se “respeta la identidad”. Para dejarlo claro indica que el marco abierto es muy distinto al que se intentó con motivo de los comicios de diciembre.

Matrimonio de conveniencia

Acerca de si se trata de un matrimonio de conveniencia, Alberto Garzón señala que ni mucho menos, es “una oportunidad política con un programa de dos fuerzas distintas pero que pueden disputar el gobierno, el poder, al PP”.

Ese quiere que sea la base del éxito de una consulta que espera reciba un apoyo “abrumador”. Según sus palabras, dicha alianza “es la forma más clara para evitar que vuelva a gobernar el PP” porque pondría sobre la mesa “una confluencia” real de “IU, Podemos y PSOE”. La estragia para llegar aquí, dice, parte de este posible acuerdo con la formación morada.

Lo que no tiene claro Garzón es el porcentaje de apoyo que legitimaría un acuerdo con Podemos. “No hemos establecido ninguno”, afirma, aunque “esperamos que sea el más abrumador posible”.

"Apuesta personal"

En una consulta siempre cabe la posibilidad de que no salga lo que quiere quien la propone. Si vence el no a la alianza entre los militantes de IU, el dirigente de la coalición reconoce que habría decepción y cierta desautorización porque “la apuesta es muy personal... y política”.

Son conocidos los problemas económicos por los que atraviesa IU, y que ha provocado más de un enfrentamiento entre sus dirigentes. Alberto Garzón deja claro que “nosotros hablamos de política y los problemas de cada uno se quedan en casa de cada uno”, para añadir que, de todas maneras, si van por separado al 26J “sería aún peor”.

Otra de las cuestiones escabrosas tiene que ver con la composición de las listas, sobre todo, tras blindar Podemos el número 3 para Íñigo Errejón por Madrid. “Esto forma parte de la negociación y nosotros en la consulta hablamos de esto. No queremos ser Podemos y seguiremos siendo IU”.

Le resta importancia al tema de los puestos en las listas porque, según su opinión, “lo importante es encontrar el marco político y luego hablar de nombres y números”, para concluir que “la pelea no puede reducirse a una recolocación en las listas”.