Tal y como se preveía los españoles vuelven a ser llamados a las urnas tras el más que evidente fracaso de la clase política que no ha sabido administrar la decisión del pueblo tomada el pasado 20 de diciembre.

Dice el presidente extremeño Guillermo Fernández-Vara, quizá uno de los dirigentes del PSOE con más sentido común y realismo, que los ciudadanos creen que se les ha tomado el pelo durante todo este tiempo. No me atrevería a decir tanto pero alguna razón lleva. No resulta muy explicable que en un país en el que acuerdan empresarios y sindicatos; rectores con profesores de universidad; profesores con alumnos; fabricantes con proveedores y así hasta el último intersticio de la sociedad civil, sus políticos no sean capaz de ponerse de acuerdo en nada. He preguntado el por qué durante cientos de veces y nadie es capaz de darme una respuesta medianamente diga en una nación moderna como resulta España.

Primer interrogante

Comprobaremos el 26 de junio si el centro derecha es capaz de mantener una cierta hegemonía en el voto. Si PP y CIUDADANOS pueden sumar lo suficiente como para formalizar, por fin, un gobierno moderado y centrista. Es difícil, dada la coyuntura, que el PP pueda sumar más votos aunque sí quizá algún escaño.

Segundo interrogante

Porque si CD`S se mantiene o sube ya me dirán donde pueden rascar los populares. La llegada de Albert Rivera al panorama político nacional –obtuvo 3.500.000- supuso una bocanada de aire fresco al enrarecido que salía de las calderas del PP. Se calcula que dos millones de electores que antes lo fueron de Mariano Rajoy en las elecciones generales del 2011 se fueron a parar a la bolsa de Ciudadanos, básicamente por el hedor de la corrupción. Otro millón y medio provenían de nuevos electores que se encuentran más identificados con la oferta de Rivera que con la antigua del Partido Popular. Está por comprobar ahora si ese era el techo real de la formación naranja o si por el contrario tiene posibilidades de futuro.

Tercer interrogante

Las encuestas subrayan que el PSOE de Pedro Sánchez puede añadir algún bajón más al ya cosechado en los últimos comicios. Si eso sucediera resulta meridiano que la socialdemocracia española tendría que buscar de inmediato otro comandante en jefe. De hecho ya se lo están buscando desde dentro.

Tengo mis dudas que eso ocurra. Entre otras poderosas razones porque el socialismo en libertad –que no otra cosa es la socialdemocracia-existe en España, gobernó durante 22 años y su cuerpo social es muy importante y numeroso. Casi da igual quien esté al mando. Es lo que ocurre en Europa.

Cuarto interrogante

Quizá sea el que pudiera ser más significativo tras su irrupción extraordinaria en el panorama nacional: PODEMOS. Parece claro que Pablo Iglesias –que supo sacar de la marginalidad a la “otra izquierda” con habilidad y agresividad-lo que pretende es convertirse en la voz única en la izquierda española. Para ello necesita pulverizar al Partido Socialista o reducirlo a su mínima expresión. Es decir, lo que se ha dado en llamar el “sorpasso”.

Durante estos meses Iglesias ha cometido errores de gran calado que parecen no serlo entre su entusiástica militancia. Insisto que deglutir al PSOE no le será tarea fácil.

Habría una interrogante final. La abstención. El enfado de la ciudadanía podría estallar en las urnas sobre la base de pasar de ellas.

Todavía quedan dos meses para saberlo. Atentos a la pantalla.