José María Aznar fue presidente del Gobierno de España. Noviembre de 1999. Libro titulado Aznar, la vida desconocida de un presidente. Escrito por José Díaz Herrera e Isabel Durán y publicado por Editorial Planeta. Página 494: “Los dirigentes sabemos que quien nos paga no es el Congreso sino el partido”. Los palmeros del PP añaden lo que pretendía Aznar: “A medida que el PP crece y los casos de corrupción en el PSOE se muestran imparables, Aznar considera que debe introducir medidas que impidan o dificulten el enriquecimiento ilícito entre sus militantes. A comienzos de 1993, llamó Aznar a su amigo Miguel Blesa”.

Sus tamborileros lo elogiaron, mientras el líder de la derecha, Aznar, le comentaba a su amigo lo siguiente: “Me gustaría que me hicieras un modelo de declaración de bienes para los cargos electos del partido”.

Aznar consideraba que había que poner medidas que dificultasen el enriquecimiento ilícito entre sus militantes... pero llamó a Blesa

Todo pues, a punto, según señaló Aznar con estas palabras: “Mi amigo Blesa es abogado e inspector de Hacienda, asesor de la comisión de control de RTVE y consejero de Caja Madrid".

Blesa se pone manos a la obra. Pide el formulario de la declaración de patrimonio del Congreso de los Diputados y recopila los distintos similares existentes en las sociedades occidentales. Al final redacta un borrador que le entrega al presidente del PP.

Pero este amiguito de Aznar, llamado Blesa, hace ya mucho tiempo que lo único que ejerce es la ladronía. Ha pisado la cárcel y se dedica a acumular dinero ajeno y lo hace a raudales. Es un chorizo como Rodrigo Rato y como otros numerosos populares.

Evoquemos a Rato y a su séquito. Si Mariano Rajoy Brey continúa chocando con Aznar, quiere ello decir que ambos son la misma cosa. Ambos, sin duda, han convertido el PP en una inmensa charca, incapaces de asumir que así no puede seguir ninguno de los dos, ni sus secuaces.