Más allá de los sindicatos que representan a suboficiales y oficiales, entre los guardias civiles actúan cuatro sindicatos con una representación significada. Cada uno de ellos ideológicamente diferenciado… Y también aquí la aparición de Podemos ha provocado una conmoción que el Director General, Arsenio Fernández de Mesa y, sobre todo, su mano derecha, su todopoderoso asesor, Antonio Blanco, están utilizando ahora para causar disensiones que en el caso de uno de los sindicatos ha llegado a provocar una importante crisis interna.

El Parlamento de la Guardia Civil

Por aclarar el paisaje, puntualicemos primero qué es el Consejo de la Guardia Civil, o lo que es lo mismo, el gobierno interno del Cuerpo para asuntos básicamente de asuntos laborales. En este a modo de Parlamento del Cuerpo, donde están presentes la dirección, delegados de generales, oficiales y suboficiales, existen como decimos cuatro sindicatos de guardias. El mayoritario, la AUGC, que cuenta con 7 delegados y entre 25.000 y 30.0000 afiliados. El segundo, UniónGC, que tiene dos representantes y unos 7.000 afiliados, ha sido históricamente cercano a la UGT. También tiene dos representantes AGC, que cuenta con unos 2.500 seguidores, cercano al sindicato CSIC y el más pequeño de todos ellos, APROG, que entre los demás sindicatos ven como “creado en su momento desde la propia Dirección General”, y que cuenta con unos cientos de afiliados, básicamente todos personal que trabaja en las oficinas de la propia Dirección.

 

Reunión del Consejo de la Guardia Civil..., la dirección y los sindicatos del Cuerpo bajo la presidencia de Fernández de Mesa

La aparición de Podemos causó una convulsión en este paisaje, y es que el sindicato mayoritario, AUGC, se acercó tanto a este partido que incluso uno de sus dirigentes, Juan Antonio Delgado, se incluyó en sus listas y ha resultado elegido diputado. Hace sólo unas semanas, Delgado fue noticia al plantear en el Congreso una reivindicación histórica de guardias y policías de la que ya habíamos informado en ELPLURAL.COM, que se les dotara de chalecos antibalas individuales: “no hay dinero para chalecos, pero sí para desfiles”, dijo.  

La irrupción de Podemos en la Guardia Civil

Esta identificación entre el sindicato mayoritario entre los guardias y Podemos, por un lado alarmó a la Dirección General. Pero por otro se interpretó como una oportunidad para provocar un enfrentamiento entre los propios sindicatos presentes en el Consejo.

Básicamente, lo que han utilizado Fernández de Mesa y su asesor, Antonio Blanco para sembrar la cizaña ha sido la posición respecto a los nacionalismos del grupo de Pablo Iglesias, un asunto aún más sensible entre los guardia civiles, víctimas preferidas del terrorismo y a menudo señalados por los separatistas. Y así, desde la dirección del Cuerpo se propició un acercamiento a la dirección de la UniónGC, el segundo sindicato. Un acercamiento en el que se ha utilizado habilmente la estrategia del halago y la cercanía personal.

La utilización del factor nacionalista

La aproximación tuvo éxito y en la UGC, desde la dirección, se intentó imponer la prohibición de contactos del grupo con los partidos nacionalistas, lo que fue rechazado por aquellos representantes del sindicato especialmente en las Comunidades históricas, con el resultado final del estallido en la dirección sindical de este grupo, de la que acabaron saliendo cinco de los 14 integrantes de la Junta Directiva.  

De alguna forma se puede decir que en el interior de la Guardia Civil se vive una división entre los grupos progresistas que, como pasa en la sociedad, puede favorecer a los intereses del PP. A los intereses del PPDirector y su grupo, en este caso.