Mariano Rajoy se ha metido este sábado en el papel que más le gusta, es decir, el de defensor de la unidad de España. Este rol es, y eso lo sabe muy bien el presidente en funciones, el que más protegen los votantes más tradicionales de su partido, aquellos para los que los globos sonda sobre procesos independentistas pesan más que cualquier otra materia, y todo disculpando la inacción que se achaca a su líder en el proceso catalán.
En Barcelona el PP ha celebrado una jornada denominada 'Convención sobre el pacto por el fortalecimiento institucional', y que, además del propio Rajoy, ha llevado a la ciudad a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, así como a la cúpula del PP catalán, encabezada por Xavier García Albiol.
Para animar el ambiente, el presidente 'popular' ha lanzado algunas de las proclamas que gozan de más predicamento entre sus seguidores, por ejemplo, que mientras él presida el Ejecutivo "no se va a permitir la quiebra de la soberanía nacional", ni que "se ponga en tela de juicio la unidad nacional".  
La barbarie
Era el lugar, Barcelona, y el momento adecuados, la clausura de la citada Convención, para hacer las oportunas referencias al proceso independentista abierto en Cataluña. En este sentido, ha advertido de que "la ley" está "por encima" de gobernantes y de parlamentos, y que su cumplimiento "es lo que diferencia a los estados civilizados (...) de la barbarie".
  
No extraña el uso de términos de este calibre, no en vano, muchos dirigentes 'populares' quieren la repetición electoral y sus discursos van en ese sentido. Rajoy en su alocución se ha dejado llevar por esto, y en otros ha apelado a la defensa de la permanencia de Cataluña en España, subrayando que siempre ha jugado "limpio" y ha vuelto a insistir en que "no se juega" con la unidad de España o su soberanía.
  
Cabe recordar que esta misma semana, el Parlament ha dado luz verde, con los votos independentistas de Junts pel Sí y la CUP, a una moción que ratifica la declaración de ruptura del 9N anulada por el Tribunal Constitucional.  
"La ley del más fuerte"
Sin una referencia directa a esto, el presidente en funciones sí ha señalado que cuando no se respeta la ley, impera "la ley del más fuerte", si bien a la vez ha mostrado su satisfacción porque esas prácticas de tiempos pasados hayan quedado atrás. A su juicio el respeto de la soberanía nacional o de la ley "son cuestiones que un gobernante democrático está obligado a respetar", añadiendo que "la democracia, sin respeto a las leyes, es una palabra vacía", ahora sí con alusiones directas a los movimientos realizados por los independentistas. 
  
Otras de las afirmaciones que más gustan a Mariano Rajoy son las que hablan de las relaciones de Cataluña y España. Ha subrayado en varios momentos los lazos que las unen "desde siempre", y ha apostillado que "lo que sea España lo decidimos entre todos, porque España es de todos y todos tenemos derecho a decidir sobre lo que es de todos".  
A Puigdemont
Del mismo modo, no han faltado los avisos, en este caso al president de la Generalitat, Carles Puigdemont. A él ha aludido al indicar que "nadie apuesta por los procesos de ruptura", porque "eso es malo para él y para quienes de él dependen".
En clave económica, no han faltado los argumentos utilizados por el PP en los últimos meses. Algo así como un 'sin nosotros el caos económico'; así se ha escuchado en Barcelona, aunque Rajoy ha garantizado tanto el pago a los proveedores catalanes, como la prestación de los servicios públicos fundamentales, para concluir con el deseo de que "Cataluña siga siendo locomotora y parte muy importante de España",