"Pablo Iglesias no es el demonio" y "el papa Francisco es un retrógrado", nos cuenta el padre Ángel, el sacerdote que hace casi 50 años decidió dedicar su vida a la solidaridad, con independencia de ideologías o cualquier tipo de filiación política. Su peculiar forma de entender la vida ha provocado duras críticas por parte de los sectores más radicales de la Iglesia católica. Le duelen, pero no piensa cambiar su forma de entender el mundo.