Tras el breve respiro de este miércoles, la bolsa española y el conjunto de las europeas se han vuelto a pegar otro batacazo. El Ibex 35 está entre los índices más castigados: llegó a perder un 4,8%, perdió de nuevo la cota psicológica de los 8.000 puntos (se situó por debajo de los 7.800), y en las seis semanas que llevamos de año acumula unas pérdidas del 18%. Es un crack bursátil en toda regla y nadie sabe hasta dónde y hasta cuando seguirá cayendo. A la ralentización china, la caída del precio del petróleo y la recesión en los emergentes como consecuencia de que ya no ingresan tanto por la venta de sus materias primas, se une ahora la duda sobre la situación de la banca europea, concretamente la italiana y los malos resultados del principal banco alemán, el Deustche Bank que cerró 2015 con 7.000 millones de pérdidas.

Castigo a los bancos
A pesar de que el sistema financiero español está saneado -con supervisión de la Troika- y ha hecho los deberes de fusiones y provisión de capitales que no han hecho los de otros países, la banca ha sido el sector más castigado en esta jornada en el Ibex 35. Los tres grandes, Santander, BBVA y CaixaBank han caído más de un 3%, nada comparable al desplome de un 13% del francés Societé Générale que además de presentar unos resultados mucho peores de lo esperado, ha tenido que provisionar 400 millones de euros para cubrir posibles multas por operar con países sometidos a embargo Internacional por Estados Unidos. En todo caso el castigo a los bancos españoles se explica más porque con los tipos de interés casi a cero y el euríbor en negativo, ninguna entidad financiera gana dinero, y ante los temores de que la nueva legislación del Banco Central Europeo les obligue a aumentar las provisiones.

Escalada de la prima de riesgo
En quince días la prima de riesgo española (diferencial con el bono alemán) ha pasado de los 125 a los 170 puntos básicos (en esta jornada ha oscilado entre los 160 y 170). De nuevo los inversores buscan refugio en el bono alemán a pesar de que se ha situado por debajo del 0,2% mientras que el español está en el 1,8%.

Si a todas las incertidumbre se suman las declaraciones de la presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen, en las que reconoció que la crisis de los países emergentes puede afectar a la economía norteamericana, todos los ingredientes para volver a las andadas están encima de la mesa.