Después de 45 días “de bloqueo” el rey ha nombrado a su candidato para intentar formar Gobierno: Pedro Sánchez. Tras conocerse el nombre elegido, el líder socialista ha comparecido para asegurar, con una gran sonrisa, que “el grupo parlamentario socialista y yo mismo vamos a asumir esta responsabilidad y vamos a intentar formar Gobierno”.

Un Ejecutivo que Sánchez ha definido como el del cambio y en el que no quiere oír hablar de vetos, en una clara alusión a Podemos. Y es que, este martes Pablo Iglesias ha asegurado que no ve posible formar parte de un Gobierno en el que también esté Ciudadanos. Mientras Sánchez quiere tender la mano “a derechas y a izquierdas”, esa nueva derecha e izquierda no estarían dispuestos a verse las caras para investirle.

Con un Congreso mucho más plural tras las elecciones del pasado 20 de diciembre, Sánchez cree que “todas las fuerzas del cambio están obligadas a entenderse”. Y en esto empezarán a trabajar los socialistas. “El PSOE asume su responsabilidad con España para que los ciudadanos y ciudadanas tengan un Gobierno después de más de 45 días desde las elecciones”, ha explicado.

Fuera el inmovilismo y el bloqueo
“He criticado públicamente y lo vuelvo a hacer la espantada de Rajoy”, ha subrayado el líder socialista, pues entiende que el todavía presidente en funciones no ha querido intentar formar Gobierno y se ha centrado en esconderse y parapetarse en la falta de apoyos. La realidad para Sánchez es otra y es que Rajoy “no ha hecho ningún esfuerzo para ganar los apoyos necesarios”.

“La nula voluntad de diálogo del PP ha asumido a España en una situación de bloqueo” y, para acabar con esta situación, asegura que es “un deber” para los socialistas asumir la responsabilidad de formar Gobierno. “En un mes el PSOE está dispuesto a sacar a España de este bloqueo”, ha prometido. “Cero que el PP es víctima del inmovilismo de sus dirigentes que están acorralados por la corrupción”, ha añadido para recomendar al Partido Popular que necesita una regeneración que solo es posible si se quedan en la oposición.

Para ello, ha vuelto a decir que tenderá la mano y se reunirá con todos los partidos políticos, hasta con los que tiene que sentarse para decirles que no está de acuerdo con sus ideas, saco en el que metería al PP y a las formaciones nacionalistas; pero con una salvedad: al PP le ofrecerá estar juntos en los asuntos de Estado. “Pensemos en el bien común de los españoles y no en el bien de cada partido”, ha pedido.

Aun así, no ha querido desvelar posibles pactos. “Vamos paso a paso”, ha dicho, porque tanto el equipo negociador como a quién recibirá primero no lo harán público hasta mañana.

Un programa para el cambio
En una comparecencia ante la prensa, que bien podría parecer su discurso de investidura, Sánchez ha presentado las políticas y prioridades a seguir. Pero ha dejado claro una cosa: “La formación de Gobierno no es un fin en sí mismo, el objetivo son las políticas que puedan poner en marcha el cambio” porque “no es quitar a una persona para poner a otra”. Parafraseando y mandando un mensaje a Pablo Iglesias, ha destacado que la formación de un nuevo Ejecutivo no es una lucha de sillones.

Parece que Sánchez lo tiene claro y que antes de los nombres y de “el con quién” vienen las propuestas y “el para qué”; en otras palabras, “antes de las alianzas vienen los proyectos” y por ello pactará con aquellos que estén dispuestos a trabajar juntos por la consolidación económica y la creación de empleo.

El líder socialista ha desplegado un paquete de medidas que presentará al resto de formaciones y en las que quiere incidir. Entre ellas destaca la reforma del sistema fiscal, revisar los gastos que ha definido como “superfluos” para no tener que hacer más recortes en políticas sociales, presentar un programa de transición energética y reindustrialización de España y un gran pacto educativo por la ciencia y la cultura.

Sánchez se presenta como el candidato a la investidura del cambio que plantará cara al desafío de la desigualdad “porque en España hay pobreza que sufren sobre todo los más jóvenes”. En esta línea, presentará lo que ha llamado como “la alianza para la esperanza” que incluye, entre otras medidas, crear un ingreso mínimo vital que acabe con la pobreza infantil en menos de cuatro años, recuperar la Ley de Dependencia, subir las pensiones y “extirpar el terrorismo machista de nuestro país” con un gran pacto social contra la violencia de género.

Reforma constitucional y lucha contra la corrupción
Pero el líder del PSOE deberá enfrentarse a más desafíos, obstáculos que él mismo ha enumerado y para los que ya presenta la ruta a seguir. Para recuperar la confianza en los políticos, el socialista quiere alcanzar un gran pacto de regeneración y poder luchar juntos contra la corrupción con medidas como eliminar los aforamientos e incluir primarias, limitar mandatos e imponer la paridad entre hombres y mujeres en todos los partidos.

En cuanto a Cataluña, ha asegurado: “que nadie tenga ninguna duda de que el PSOE defenderá siempre la unidad de España” pero avanzando hacia un Estado federal que garantice la igualdad y reconozca la plurinacionalidad. “La mejor forma de defender la Constitución es reformarla, es actualizándola buscando el mayor apoyo posible” entre el resto de formaciones.