Hubo una famosa cena en casa de José Bono en la que participaron Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, José Luis Rodríguez Zapatero y Emiliano García Page. En dicho encuentro, el expresidente socialista le dijo al líder de Podemos: “La Democracia te cambiará a ti más de lo que tú cambiarás a la Democracia”. Ya es realidad, Pablo Iglesias ha lanzado una oferta de gobierno al PSOE sin discutirlo antes con sus militantes, sin someterlo a debate alguno con los “Círculos”. Todo sea para evitar filtraciones periodísticas, dirán algunos, pero... ¿no había prometido que Podemos sería un partido que no decidiría nada que no debatieran y aprobaran sus bases? Por cierto, Sánchez y su Ejecutiva pusieron a escurrir a Zapatero por esa cena. ¿Cenar con Podemos, no, pero gobernar sí?

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Y los barones tan callados como los del PSOE
Nadie, ni un solo dirigente de Podemos, se ha atrevido a recordarle a Pablo Iglesias y su plana mayor que han incumplido la sacrosanta promesa de la nueva política con sus militantes, que todo los decidirían los Círculos. Hoy todos los españoles que han querido han visto en directo una rueda de prensa en la que Pablo Iglesias proponía un pacto de Gobierno al PSOE e IU, repartía ministerios y diseñaba la agenda de programa sin que los militantes de Podemos supieran nada (más allá del núcleo duro de Iglesias). Es una evidencia que la propuesta no se ha discutido ni planteado en los Círculos. Veamos qué excusa se les ocurre a Iglesias o a Errejón. La nueva política en este asunto se ha mostrado como la vieja.

 




 


 

 

 

Dije no y nunca pero ahora digo lo contrario
Pedro Sánchez se estrenó como secretario general del PSOE llamando “boliviarianos” a los de Podemos. En cada entrevista, en cada discurso, sostenía que nunca jamás pactaría con el partido morado. Solo le faltó jurarlo sobre la Biblia y la Constitución.

Pablo Iglesias se hartó de afirmar que nunca, pero nunca, formaría parte de un gobierno presidido por Pedro Sánchez. Pues la primera en la frente, se acaba de proponer como vicepresidente. Reconozcamos que ambos han hecho lo de toda la vida: afirmar una cosa en campaña y mostrarse dispuestos a hacer lo contrario pasadas las elecciones.