Una cita claramente deseada que la realidad estropea
La historia tiene un preámbulo, una primera llamada, a través de la centralita de la propia Moncloa, en la que un supuesto portavoz anuncia que Carles Puigdemont quiere hablar con Mariano Rajoy. Una secretaria del presidente se disculpa, en ese momento no es posible, pero se ofrece a devolver la llamada en 10’. Naturalmente los de la radio rechazan la posibilidad, que les descubriría, y el falso Carles Puigdemont lo cierra ofreciéndose a volver a llamar en 15’.
La segunda llamada ya se espera, y Rajoy se pone de inmediato. La conversación que se produce es esta:
Rajoy: -President…
Falso Carles Puigdemont: -Presidente, Buenos días, contesta el falso Carles Puigdemont- Encantado de hablar con usted
Rajoy: -Buenos días, como va la vida? Nos conocimos allí, inaugurando el AVE, eh? -dice un Rajoy que muestra verdadero interés por resultar amistoso -, en Girona cuando era usted alcalde.
Falso Puigdemont: Sí, es verdad. Y tanto. Bueno, ya tocaba que habláramos usted y yo, verdad:
Rajoy: Pues sí, sí, sí…
Falso Puigdemont: Tendríamos que buscar un día, si a usted le parece bien, ahora que hay un nuevo interlocutor en todo el asunto, para empezar con buen pie… Un poco ya sabemos lo que nos vamos a decir, pero.., para hacerlo oficialmente.
Rajoy: Bien… Yo le propongo una cosa. Como esta semana está el rey con las consultas.., según como quede este asunto, porque claro yo no sé como va a quedar este asunto…, pero yo creo que el lunes le puedo llamar…, el lunes 25, y según haya investidura o si no la hay, el tiempo… ya fijamos una fecha. Yo tengo la agenda muy libre, con la cual ya la podíamos fijar en 24, 48 horas.. eh?
"No pensábamos que esto podía salir así"
Y aquí acaba la suplantación. “No nos pensábamos que esto podía llegar a salir así”, reconocen los presentadores de “El Matí i la mare que el va parir”, que se prensentan, “me llamo Carles Perez” y le descubren la verdad: llaman de una emisora de radio, y le explican que le están sometiendo a una broma de las que hacen, que es un imitador de Puigdemont, y que su intención era sólo “rebajar la tensión”
-No es serio esto, dice un Rajoy que se esfuerza en reír, comprenderá usted que no es serio… Hagan ustedes lo que quieran, pero comprenderán que no…
Rajoy reacciona y pregunta por la emisora para la que trabajan, y le explican que Radio Flashback es una emisora musical, que por las mañanas tienen un programa de humor.
De acuerdo, dice por fin Rajoy, mientras Carles Perez le agradece “el fair play y la cintura” mientras le pide que hablen, “porque hablando se entiende la gente”. “De acuerdo, muchas gracias” se despide un más serio Rajoy.
Lo sorprendente es que la llamada demuestra no sólo la disposición, sino el deseo de Mariano Rajoy de que esa conversación se produzca, aunque él no la ha provocado esperando que sea Puigdemont, el verdadero, el que llame. Lo segundo, con contenido político, el reconocimiento del presidente, un rumor creciente, de que podría no llegar siquiera a presentar su candidatura ante la evidencia de que no tendrá éxito: "según haya investidura o sino la hay...", se le escapa reconocer al verdadero Mariano Rajoy.
