A menudo se olvida que el Partido Popular es el resultado de la suma de dos ‘corrientes’. Por un lado, la de los residuos del franquismo más ‘homologable’, aquel que lideraba Manuel Fraga bajo el nombre de Alianza Popular; y por otro, de los restos del naufragio de UCD, donde convivían como podían, en general mal, desde falangistas reconvertidos, a liberales, socialdemócratas…, y democristianos. Entre estos, los que se agruparon en el Partido Demócrata Popular (PDP) tras la disolución de UCD, liderados por Óscar Alzaga, Javier Rupérez y los Oreja, fueron los que más poder han tenido siempre. Siguen teniéndolo de hecho.

Dos hombres y un cargo...
Bajo la capa de Alzaga fueron encontrando luz bajo el sol del PP personajes como Jaime Mayor Oreja, el actual ministro en funciones, Manuel García Margallo, o Javier Arenas... todos ellos, independientemente de sus aficiones personales, miembros de la ‘congregación’ cristiana dentro de los populares. Pero también, aunque hasta ahora menos conocido, pertenecen a este grupo dos ‘feligreses’ que acabaron asociándose para sus negocios y que por ello han saltado a la luz: Pedro Gómez de la Serna, y Gustavo de Arístegui.

Los dos, miembros del ‘pedepedismo’ en el PP, saltaron a la primera división de la política de la mano, como se puede ver en los BOE respectivos, , y con posterioridad, , de la mano de Jaime Mayor Oreja, como hemos dicho, un destacado pedepe él mismo, y en ambos casos como jefes de su gabinete (es decir, sus personas de máxima confianza) en el Ministerio de Interior.

Para que quepa menos duda de su estrecha relación, sólo tiene que apuntarse que en el puesto, como jefes de los asuntos de Mayor Oreja, se sucedieron el uno al otro cuando Arístegui pasó a convertirse en diputado en el año 2000.

... Una fundación y dos hombres
Su relación de vidas paralelas continuó en los años siguientes. Y así, cuando en 2007 Arístegui pide para “la promoción del diálogo interconfesional e intercultural”, quien aparece junto a él, presidente, es Pedro Gómez de la Serna, como secretario.

No debiera extrañar, dados estos antecedentes, que tras el estallido del escándalo por las labores de ‘la cristiana pareja’ como intermediarios, y tras la ‘desaparición de Gómez de la Serna’ y su numantina resistencia a abandonar el número dos de la lista del PP por Segovia, lo que le aseguraba estar aforado, cuando Pedro Gómez de la Serna, buscó con quien confesarse, a quien acudiera fuera a su correligionario y superior en la democracia cristiano-popular, Javier Arenas.

El correligionario Arenas, al quite
Una reunión donde, todo indica, se pactaron los acuerdos para que la salida de Gómez de la Serna resultara en una penitencia lo menos dolorosa para las dos partes: el diputado, como hemos informado, dejando el grupo Popular, pero después de tomar posesión, asegurando su aforamiento y comprometiéndose a votar en línea con los intereses del PP; el propio partido, de momento, al menos, con el silencio del diputado.

Gómez de la Serna, de momento, ha logrado ya, gracias al aforamiento, evitar el registro en su casa ordenado por el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, que aceptó la querella contra él y Arístegui por “presunta comisión de un delito de corrupción en transacciones internacionales y otros conexos”.