El fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Jesús Caballero, y el fiscal jefe de la Audiencia Provincial, José Javier Polo, en rueda de prensa en la víspera del inicio del juicio del Madrid Arena.



Cuatro años después de que se produjera la tragedia del Madrid Arena donde cinco chicas perdieron la vida como consecuencia de una avalancha y un sinfín de irresponsabilidades, irregularidades y despropósitos. Este martes, los acusados se sentarán en el banquillo en la primera jornada de un juicio muy esperado por los familiares de las víctimas.

Durante esta larga espera, tanto las familias como las diferentes acusaciones particulares han mostrado abiertamente su malestar y críticas antes decisiones que se han ido tomando y que afecta directamente a este juicio. Entre ellas, la decisión de la Fiscalía de no imputar al jefe de la Policía Municipal, Emilio Monteagudo, que, finalmente, si será juzgado pero por decisión del instructor del caso, Eduardo López-Palop, y ante la inasistencia de las acusaciones particulares.

Otra cuestión que ha despertado la ira de los familiares es la pena a la que se enfrentan los 15 acusados que van entre los dos y cuatro años por cinco delitos de homicidio por imprudencia grave. Según han explicado, no pueden saltarse la ley y el Código Penal especifica que aunque murieran cinco jóvenes solo se juzga un delito y solo habrá una pena.

Para poner fin a las dudas planteadas y, según ellos, con una intención “didáctica”, el fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Jesús Caballero, y el fiscal jefe de la Audiencia Provincial, José Javier Polo, han comparecido este lunes. Aunque Caballero ha tenido frases como: “Nuestra obligación es que se esclarezca la verdad y que sobre esa verdad se aplique el derecho”, también ha vuelto a dejar clara su postura con otras como: “La Fiscalía es garante de la legalidad incluso en contra de la posición personal que pudiera tener el fiscal”.

Además, han pedido directamente que cesen las presiones externas porque “es muy importante respetar que el juicio funcione con toda libertad y garantía”. Se prevé que el juicio sea complicado, tanto por la particularidad de lo ocurrido como por la expectación social y mediática que despertó la tragedia, y que se prolongue durante cinco o seis meses.

Posturas enfrentadas
Parece que esta rueda de prensa solo ha perseguido obtener dos objetivos: calmar los ánimos en la jornada previa al inicio del juicio, y defender la postura de la Fiscalía, una postura que choca constantemente con la de López-Palop.

Mientras que el juez instructor concluyó en su auto que la actuación de la Policía era “aciaga” y que existía una "evidente relación de causa a efecto entre el botellón que nunca debió haber existido y el resultado letal”, la Fiscalía sigue defendiendo que no hay pruebas para “la pretendida imputación del jefe la policía” y que como el botellón se desarrolló en el exterior y no dentro del pabellón, no fue la causa de la muerte de las jóvenes.

Recordar que el 31 de octubre de 2012, durante la fiesta de Halloween del Madrid Arena, se produjo un multitudinario botellón paralelo y que muchos de los allí presentes acabaron entrando libremente al pabellón cuando los organizadores abrieron las puertas.

“Una cuestión perfectamente evitable”

Pese a esto para el fiscal jefe de la Audiencia Provincial se podría haber evitado la tragedia porque “no fue un accidente sino una cuestión perfectamente evitable”.

Y es que mientras que el organizador de la fiesta, y máximo responsable de lo ocurrido, Miguel Ángel Flores, estableció un aforo máximo de 7.000 personas, luego vendió más entradas. Esta cuestión unida a la apertura de puertas hizo que el Madrid Arena se llenara con 20.000 jóvenes y que muchos acabaran atrapados en una avalancha humana. La falta de asistencia sanitaria y la mala organización en la evacuación solo dio un resultado: cinco muertes y un juicio que comienza mañana.