Mariano Rajoy intenta repetir como presidente del Gobierno y Pedro Sánchez quiere serlo. Normal y legítimo, pero ambos tienen un problema que no es otro que sumar los votos necesarios, problema que tiene pinta de ser irresoluble a tenor de los endiablados resultados electorales, porque ni el bloque de la derecha ni el de la izquierda suman mayoría absoluta y quienes podrían desempatar implican alianzas que, o parecen imposibles, o amenazan con ser auténticas bombas de relojería.

Ante las estrategias políticas conviene sacar la calculadora y ponerse a sumar y ante el sorprendente viaje de Pedro Sánchez a Portugal para copiar el pacto de izquierdas, un recordatorio: allí los tres partidos de izquierdas suman mayoría absoluta, en España no. Y ese es el gran problema del actual líder del PSOE.

Cálculos
PP y Ciudadanos suman 163 escaños, muy lejos de los 176 necesarios para la mayoría absoluta. PSOE, Podemos e IU suman 161 escaños, lo que significa que el tripartito de izquierdas tiene menos escaños que la coalición de derechas. Así de simple y así de dramático. No es que sumen mayoría absoluta, es que están dos escaños por debajo del bloque de la derecha, algo completamente distinto a lo ocurrido en Portugal.

Y cábalas
A partir de aquí comienza el juego de cábalas y algunas certezas, como por ejemplo que el PSOE no se abstendrá para hacer presidente a Rajoy. Además, el PP tiene muy difícil -por no decir imposible- conseguir 13 votos en otras formaciones, no le llegaría con los 6 del PNV y el escaño de Coalición Canaria y es más que dudoso que los vascos fueran a votar sí a Rajoy en la segunda vuelta, cuando solo se necesitan más votos a favor que en contra para ser elegido. Es impensable que Democracia i Llibertat (la rama de CiU que formaba Convergència) vaya a hacer presidente a Rajoy, al igual que Esquerra Republicana.

Pedro Sánchez podría sumar más síes que noes con la calculadora en la mano: con los 9 diputados de Esquerra o con los 8 de la antigua CiU o con los 6 del PNV. Y empiezan los problemas, porque Esquerra y el partido de Artur Mas no es que quieran un referéndum independentista en Cataluña, es que han iniciado el camino de la proclamación unilateral de independencia. En cuanto al PNV, su impronta ideológica es la derecha, por lo que resultaría más que sorprendente que diera el gobierno a un tripartito del PSOE con Podemos e Izquierda Unida.

Portugal no tiene Cataluña
Si ya es sorprendente de por sí que Pedro Sánchez viaje a Portugal a aprender cómo se hace un pacto de izquierdas superando el odio secular entre socialistas y comunistas obviando que allí la izquierda sí suma más que la derecha, hay un factor determinante y diferencial con el país vecino: ninguna región portuguesa ha iniciado el camino a la independencia. Otro factor más, el segundo partido más votado de la izquierda portuguesa no ha puesto como línea roja para pactar la celebración de un referéndum sobre la independencia de un territorio, en este caso Cataluña, consulta que según la Constitución española actual es ilegal, tal y como ha dictaminado el Tribunal Constitucional.

La bomba lapa de Iglesias a Sánchez
Pablo Iglesias compareció el lunes siguiente a las elecciones para exponer 5 líneas rojas "irrenunciables" para un pacto de Gobierno y la primera fue la celebración del referéndum catalán. Iglesias sabía y sabe perfectamente que esa es una condición inasumible para el conjunto del Partido Socialista, aunque otrora rivales de Sánchez como Tapias se muestren a favor y aunque Pedro Sánchez  esté dispuesto a cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder. Asumir ese referéndum y un pacto con Esquerra haría saltar al Partido Socialista por los aires y, como mínimo, se partiría en dos. Así pues, Pablo Iglesias, cuya estrategia para llegar a La Moncloa pasa por destruir al PSOE como ya ha hecho con IU, ha colocado una bomba lapa bajo los pies de Sánchez: si éste quiere ser presidente con sus condiciones romperá al PSOE y  facilitará su "asalto" para convertirse en fuerza hegemónica de la izquierda. En definitiva, lo que Iglesias le ha venido a decir a Sánchez es: Te hago presidente a cambio de que te cargues a tu partido. Así de simple.