Un panel informativo de la Bolsa de Madrid muestra la evolución del principal indicador de la bolsa española, el IBEX 35. EFE



Nadie sabe exactamente qué es lo que está pasando y esa es una de las razones por las que el nerviosismo se ha extendido a la velocidad de la luz por todo el circuito financiero mundial. Se sabía que la economía china no iba a toda máquina, pero la suspensión de cotización de las bolsas chinas en dos ocasiones en siete días es algo más que excepcional. La economía china está fuertemente intervenida por el Gobierno, que no es precisamente transparente, lo que añade más nerviosismo a los mercados. La cotización del barril Brent se ha desplomado más de un 6% y está por debajo 35 dólares, algo impensable hace tres años, mientras los emergentes -con Brasil a la cabeza- pasan claramente de la recesión a la crisis. Analistas internacionales creen que se está fraguando otra crisis cuando en Europa ni siquiera hemos salido del estallido de 2008-2009.

El gurú de los mercados
George Soros, bautizado como el gurú de los mercados y quizá el financiero megamultimillonario más conocido del planeta, ofrecía esta madrugada (hora española) una conferencia en Sri Lanka en la que se pronunció sobre lo evidente: "China tiene un gran problema". También advirtió: "cuando miro los mercados financieros veo un serio problema que me recuerda a la crisis que tuvimos en 2008". Poco antes de las Navidades el presidente de una de las entidades financieras más importantes de España reconocía a ELPLURAL.COM que "los mercados están raros", aunque incidía en las buenas perspectivas para España. Claro que hace 20 días las bolsas chinas no habían cerrado en dos ocasiones en siete días al desplomarse más de un 7% su cotización.

El Ibex en mínimos
Las bolsas chinas de Shanghái y Shenzhen han celebrado la sesión más corta de su historia al suspender la cotización tan solo media horas después de haber abierto, todas las bolsas europeas han entrado en pérdidas. En cuanto al indicador español, el Ibex 35, ha llegado a desplomarse más de un 3%, ha perdido el nivel de los 9.000 puntos y está en niveles de hace dos años y medio, cuando estábamos en lo peor de la crisis. Todos los valores están en rojo y los valores más castigados son los relacionados con el petróleo y sector energético, así por ejemplo Repsol cae un 5% pero Arcelor Mittal se ha desplomado un 6%.

 El crash del petróleo
El precio del barril del petróleo lleva dos años a la baja. Para España es una excelente noticia porque por sí solo el abaratamiento del crudo nos da un 1% de crecimiento del PIB es decir, del 3% que crecerá la economía en 2015 nada menos que un punto es por el abaratamiento del petróleo, cosa con la que nada tiene que ver el Gobierno, ni Rajoy ni el PP. Pero al margen del beneficio inmediato para nuestra economía, la caída brutal del precio indica que la economía mundial no va bien y eso, tarde o temprano, acaba golpeando a España.
El barril de crudo brent, el de referencia en Europa, ha caído un 6% esta jornada y está en torno a los 33 dólares, el precio más bajo en 11 años.
La caída del precio del petróleo tiene una explicación económica básica: hay menor demanda luego la industria producirá menos. Pero también tiene una explicación política: Arabia Saudí quiere acabar con el fracking norteamericano. Con dicha técnica Estados Unidos no solo se convirtió en autosuficiente, si no que estaba previsto que en un par de años se convirtiera en un país exportados de crudo, pero con el petróleo por debajo de los 45 dólares barril, el fracking no es rentable.
El duro enfrentamiento entre Arabia Saudí e Irán por configurarse como única potencia en Oriente próximo también tiene su escenario en la producción de petróleo. Arabia Saudí bombea más petróleo que hace dos años, Irán ha aumentado su producción y los mercados inundados de un petróleo barato hunden en la crisis a países como Rusia, Brasil o Venezuela que no ingresan lo que sus economías necesitan.

Con este panorama, y con Europa sin terminar de salir de la crisis de 2008, nos enfrentamos a un 2016 que desde el punto de vista económico puede ser de infarto.