[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"41508","attributes":{"class":"media-image size-full wp-image-157909","typeof":"foaf:Image","style":"","width":"640","height":"320","alt":"El presidente de Francia, Fran\u00e7ois Hollande. EFE\/Archivo"}}]] El presidente de Francia, François Hollande. EFE/Archivo



Son tiempos de cambio en Europa, y tal vez el más evidente de los ejemplos se ha dado en España con los resultados de las elecciones del pasado 20 de diciembre. Tras las generales, algunos expertos del Viejo Continente ponían el caso español como ejemplo de lo que debe ser un proceso de cambio en lo que a la aparición de formaciones se refiere, puesto que en otras naciones la metamorfosis la encabezan partidos de ultraderecha o neonazis.

Francia es uno de esos estados que observan con interés lo que ocurre en España, aunque también desde aquí se mira todo lo que sucede en el país vecino. El próximo año celebrarán elecciones presidenciales (hay quien asegura que de nuevo los españoles también acudiremos a las urnas) y ante ese panorama, el rotativo 'Le Parisien' publica este sábado una encuesta que no dejará indiferente a nadie.

Según la misma, los franceses están mayoritariamente en contra de que el actual jefe del Estado, el socialista François Hollande, y su predecesor, el conservador Nicolas Sarkozy, vuelvan a presentarse a las presidenciales de 2017, hasta el punto de que un 74 % se oponen a cualquiera de esas dos candidaturas.

El dato es demoledor y como si de una votación asamblearia de la CUP se tratase, tanto Hollande como Sarkozy coinciden igualmente en el porcentaje de los que sí querrían que volvieran a disputarse la presidencia, un 24 %. El sondeo ha sido elaborado para el mencionado medio por el instituto demoscópico Odoxa.

Rechazo de la clase política
El sondeo, elaborado para medir el nivel de rechazo a la actual clase política, muestra que las personas encuestadas también desaprueban la posibilidad de que en 2017 concurran otros conocidos líderes de los grandes partidos.

Solo se salva de esa demanda de renovación el antiguo primer ministro conservador Alain Juppé, alcalde de Burdeos, a quien el 56 % de las personas interrogadas les gustaría que se presentara a las presidenciales de 2017.

Por contra, un 85 % rechazan una candidatura de la exministra ecologista Cécile Duflot, un 76 % la del responsable del Partido de la Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, y solo apoyan una candidatura presidencial un 38 % para el actual primer ministro socialista, Manuel Valls, y un 37 % para Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional (FN).

Contra el Frente Nacional
La oposición a Marine Le Pen, cuyo partido fue el más votado en la primera vuelta de los comicios regionales de diciembre, tiene que ver con la reacción que su formación ultraderechista genera en buena parte del electorado.

En términos generales, un 88 % consideraron que la renovación de la clase política en Francia no es suficiente, y estimaron que algunas de las medidas para que eso cambiara sería imponer la prohibición de acumular varios mandatos, obligar a los que acceden a un cargo político a dimitir de la Administración si son funcionarios o poner límites de tiempo en los puestos electos.

Sobre los políticos emergentes, los que más simbolizan la renovación para los ciudadanos sondeados son el ministro socialista de Economía, Emmanuel Macron (así lo juzgan un 55 %), la diputada del FN Marion Maréchal Le Pen (43 %) y el exministro conservador Bruno Le Maire (36 %).