El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, es aficionado a estar en el centro de las polémicas retrógradas y a buscar protagonismo mediático. Cada determinado tiempo sus reaccionarias intervenciones lo ponen en las portadas y titulares y eso parece que le gusta y lo busca con ansiedad. No podría ser menos en Navidad y ha aprovechado su carta semanal para hacerlo de nuevo. Aun no se han apagado los ecos de su última brutalidad verbal cuando desafió al Sumo Pontífice al afirmar que “nadie, ni siquiera el Papa” puede deshacer el matrimonio, cuando de nuevo, Fernádez, vuelve a la carga.

"Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa"
El obispo en dicha misiva semanal afirma, en un ejercicio de machismo casposo y retrógrado, que "la familia se constituye por la unión de los esposos que normalmente se convierten en padres. Varón y mujer, creados en igualdad de dignidad fundamental, son distintos para ser complementarios. Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa. Él aporta particularmente la cobertura, la protección y la seguridad. El varón es signo de fortaleza, representa la autoridad que ayuda a crecer. La mujer tiene una aportación específica, da calor al hogar, acogida, ternura. El genio femenino enriquece grandemente la familia. Cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa. Esa complementariedad puede verse truncada por la falta de uno de ellos, y la familia más amplia -abuelos, tíos- puede suplirla".

"El aquelarre químico de laboratorio"
El Diario "Córdoba", el de mayor difusión provincial, recoge textos de la carta semanal del Obispado. En este texto, titulado Navidad y familia, el obispo también se refiere a que "la unión complementaria de los esposos los convierte en administradores de la vida. Del abrazo amoroso de los esposos, proceden los hijos. Todo hijo tiene derecho a nacer de ese abrazo amoroso, que no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio (fecundación in vitro)", afirmando que "el hijo tiene derecho a proceder de una relación de amor entre sus padres, y nunca como fruto de un aquelarre químico de laboratorio". En este sentido, Demetrio Fernández asegura que "todo tipo de fecundación artificial (inseminación artificial y anónima, fecundación in vitro homóloga o heteróloga) rompe esa armonía de la creación por la que los hijos vienen al mundo como personas, fruto de una relación personal de amor entre los esposos".

"Los esposos y padres -continúa la carta pastoral- se prolongan en los hijos y, a su vez, son fruto de los abuelos que tienen hoy una importancia enorme en el equilibrio de la sociedad contemporánea. Los niños y jóvenes son el futuro, los abuelos son la memoria del pasado. Todos juntos forman la riqueza de la familia".

Familia, la de Nazaret, compuesta por Jesús, María y José

Por otro lado, el obispo alude a que "la fiesta de Navidad es una fiesta de familia" y que "la familia humana tiene como referencia la comunidad trinitaria". "Y un icono viviente de esa comunidad trinitaria es la santa Familia de Nazaret, compuesta por Jesús, María y José", continua el comunicado, que añade que "bien es verdad que la santa Familia de Nazaret es una familia muy singular, pero es modelo para todas las familias por el servicio mutuo, la convivencia, el amor e incluso el cariño y la ternura de unos con otros".