[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"21611","attributes":{"class":"media-image size-full wp-image-360430","typeof":"foaf:Image","style":"","width":"645","height":"325","alt":"Ana Bella, tercera por la derecha, cre\u00f3 la Fundaci\u00f3n tras haber sido ella misma durante 11 a\u00f1os v\u00edctima de la violencia machista. "}}]] Ana Bella, tercera por la derecha, creó la Fundación tras haber sido ella misma durante 11 años víctima de la violencia machista.



La historia de Ana Bella Estévez Jiménez de los Galanes guarda muchas similitudes con la de cualquier víctima de la violencia machista. Años de terror, noches en vela, insultos, soledad, autoestima por los suelos, desprecio, golpes… pero sabe mejor que nadie que hay salida.

De víctima a superviviente
Se casó con 18 años y sufrió 11 de infierno. Una madrugada, después de haber visto muy cerca la muerte, metió a sus cuatro hijos en el coche, denunció e ingresó en una casa de acogida.

Cuando la dejó “estaba en la calle, sin dinero, ni trabajo, ni casa”. Sin embargo, rechazó el subsidio al que tenía derecho por ser víctima de la violencia machista y se convirtió en una mujer superviviente. “Me ofrecían un curso para ser limpiadora, pero yo hablaba inglés, no tenía porqué limpiar, podía hacer otras muchas cosas”.

El instante en que hizo esa reflexión supuso tomar las riendas de su propia vida. Consiguió un trabajo y, cansada de ver cómo se mostraba a las mujeres maltratadas, “siempre amoratadas o con el rostro y la voz distorsionadas”, comenzó a dar charlas y a salir en los medios de comunicación a cara descubierta para contar su historia.

Mujeres coraje
A raíz de sus intervenciones, distintas afectadas con historias similares fueron poniéndose en contacto con ella. Nacía así una poderosa red de mujeres coraje que, con los años, no ha hecho más que crecer. Hoy sus lazos llegan a decenas de países como México, Estados Unidos o Suiza.

En 2006 puso sobre el papel su existencia. Se hipotecó y creó su propia fundación. De este modo, a través del Programa Amiga comenzó a prestar apoyo a un número de mujeres cada vez mayor. En la actualidad la Red atiende a una media de 1.200 al año y dispone, incluso, de una recién estrenada aplicación de móvil (Descarga IOS / Descarga Androidque les permite prestarse apoyo de forma continua y en cualquier situación.



La vida de Ana Bella ya había cambiado, pero el destino siempre te sitúa ante episodios que jamás pudieras imaginar. A ella le ocurrió algo así cuando recibió en una red social un mensaje en el que le decían: Ayuda a mi prima. Está pasando por lo mismo que tú porque es la pareja de tu exmarido. “Hasta yo misma había olvidado que había otra en mi lugar”, confiesa. “Fue entonces cuando comprometí toda mi vida a ayudar a otras mujeres a romper el silencio”.

Embarazada y encerrada en un sótano
Desde ese momento ha dedicado todas las horas del día a este fin. Cada vez dando nuevos pasos, muchos guiados en buena parte por las vidas que se han ido cruzando en su camino. La historia de Asha, una mujer polaca a la que su marido había encerrado en un sótano sin agua y embarazada de cinco meses, motivó que creara en 2007 una Empresa de Servicios Integrales Solidarios. “No conseguíamos que le diesen un trabajo, así que se lo dimos nosotros”. Sin embargo, al principio nos centramos en la limpieza, “lo hacíamos de noche, siempre invisibles”.

Para quien está cansado de oír “tú solo vales para fregar escaleras”, esto supone una doble victimización, así que nacía un nuevo reto.

[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"21612","attributes":{"class":"media-image wp-image-360435 ","typeof":"foaf:Image","style":"","width":"320","height":"253","alt":"Ana Bella (dcha) ha creado tambi\u00e9n la Escuela en su formaci\u00f3n. Foto: Twitter Fund. Ana Bella."}}]] Ana Bella (dcha) ha creado también la Escuela en su formación. Foto: Twitter Fund. Ana Bella.



El empoderamiento
En 2012, esta sevillana de 43 años incansable creó la Escuela Ana Bella para el empoderamiento. A través de ella y desde entonces ofrece ofrece formación y empleo a cientos de mujeres. “Era mucho mejor implicar a las empresas que ser nosotros empresa”.

El objetivo no es que se contrate a las supervivientes por discriminación positiva, sino “por el valor que tienen para la empresa”, aclara. Ana Bella tiene claro que la mujer es agente de cambio, en el hogar y en la empresa, y ha de ser “parte de la solución”.

Líder mundial
A lo largo de todo este tiempo ha recibido premios y reconocimientos, entre ellos, el del Ministerio de Servicios Sociales e Igualdad, el del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial o el de Mujer Emprendedora de la Fundación Pública Andaluza Andalucía Emprende, pero además ha sido nombrada en varias ocasiones líder social y Emprendedora Ashoka.

Agradece todos y cada uno de los galardones, pero a veces echa en falta la ayuda económica. “Un euro cambia una vida”, explica Ana Bella. “Eva faltó a su entrevista de trabajo. Llevó a su hijo al colegio y como no tenía dinero para el autobús tuvo que ir andando. Llegó dos horas tarde”. Aunque la Fundación les consigue los puestos de trabajo, hay gastos que cubrir, “el transporte hasta que cobran el primer mes, la ropa… La organización sobrevive a través del dinero que obtienen por su charlas y de la colaboración altruista de quien quiere ayudar.

En positivo
El de Ana Bella, como el de Graci, Clara, Antonia, Gloria, Marimar, es un testimonio positivo. Ellas han logrado cambiar los golpes y las vejaciones por sonrisas y una vida digna. Se han demostrado a ellas mismas y al conjunto de la sociedad que hay salida si se logra romper el silencio.