Imagen de archivo del fundador de IU y antiguo dirigente del PCE Gerardo Iglesias (Foto cedida a ELPLURAL.COM)



No conoce Gerardo Iglesias (La Cerezal, 1945) las puertas giratorias. Algo prácticamente inaudito para los políticos de nuestros días. Pero es que él prefirió la puerta de salida, allá por 1990, cuando tras fundar Izquierda Unida diversas desavenencias con el partido le devolvieron a sus orígenes. Antes había liderado el PCE (1982-1988) en el peor momento de su historia. Sus ideas y decisiones le llevaron a enfrentarse a Carrillo, para el que siempre fue un 'traidor'. Los enemigos políticos se multiplicaron y en esa lista destacan otros nombres ilustres como los de Felipe González o Alfonso Guerra, antiguos compañeros de batalla.

Por eso cuando volvió a la mina, al lugar donde empezó a trabajar con apenas 15 años, a comenzar de nuevo, la responsabilidad era ya otra. “No había más alternativa” recuerda. Los hijos demandaban un sueldo y la mina era el camino más corto para sacarlos adelante. Aquello le condujo a un terrible accidente que le dejó la espalda parcheada y la salud resentida. La memoria, afortunadamente, le quedó intacta. Y a ella se aferra ahora para reponer y reparar los derechos de las víctimas del franquismo, “sepultados en cualquier cuneta”, con libros como el que acaba de publicar, 'La amnesia de los cómplices' (Editorial KRK).

La charla nos lleva más allá del libro para desentrañar sus simpatías por Podemos, las similitudes entre el momento histórico que vivimos y la Transición, la España del bipartidismo rota por los partidos emergentes o el largo camino que nos queda por recorrer para alcanzar una democracia plena.

P: La memoria, el olvido, recordar está muy presente en sus publicaciones ¿Qué intenta transmitir con La amnesia de los cómplices, su último libro?
Es una continuación del primer libro, ¿Por qué estorba la memoria?, trato de contribuir modestamente a la lucha por la recuperación de la memoria democrática de este país, que ha sido enterrada durante la Transición. En España se ha ignorado a quienes más lucharon y sacrificaron, incluso con su propia vida, y 37 años después de la aprobación de la Constitución siguen en el más absoluto olvido y sin reconocimiento ninguno. Muchos de ellos aparecen en los archivos oficiales como bandoleros y malechores. La mía es una aportación a la lucha que están librando las Asociaciones por la memoria democrática, a la misma lucha que está siendo apoyada por el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que reclama reiteradamente al gobierno español que se abra una investigación sobre los crímenes de la dictadura y se aplique la jurisdicción universal. España tiene que cumplir con los tratados que ha firmado y que la obligan a esa investigación. Reponer y reparar los derechos de las víctimas es, en esencia, lo que yo pretendo con mis libros.

P: Algunas de esas historias le han tocado muy de cerca, casi las vivió en primera persona
R: En algunos casos tocan de lleno a mi familia y en otros tocan muy de cerca a familias muy próximas a la mía. El libro está contextualizado en la etapa final de la guerra en Asturias y la posterior posguerra. Desde 1937 hasta 1952. En ese período la casa de mis padres fue un punto de apoyo importante para los guerrilleros y eso me ha hecho tener un conocimiento bastante profundo de lo que sufrían esas familias.




Durante la dictadura reventaron el vientre a mi padre a patadas, tras sacarle de la cama una noche






P: ¿Incluso conoció usted de primera mano a algunos de los makis, guerrilleros y fugados de aquella época?
R: Era un niño pero tengo recuerdos muy vivos de su presencia en nuestra casa, de cuando llegaba la Guardia Civil, de cuando nos tirábamos cuerpo a tierra o de cuando mi padre los entretenía en la puerta de casa a los guardias para que no entraran. También tengo otros recuerdos más sangrantes, como el día que reventaron el vientre a mi padre a patadas tras sacarle de su cama una noche. Son recuerdos terribles, como terrible fue la represión del régimen fascista de Franco.


P: ¿Le han acusado alguna vez de reabrir heridas con este tipo de libros?
R: Personalmente no me lo han dicho. Es un argumento muy recurrente por parte de quien de una u otra forma defienden la herencia del Franquismo. No es un argumento, es una amenaza. Es como decir no urgen ustedes en el pasado porque pueden volver los mismos a pasar factura. Las heridas no se han cerrado y esa es la mayor evidencia. No se pueden cerrar. Hay cientos de miles de desaparecidos, varios investigadores han declarado en el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, entre ellos el Juez Baltasar Garzón, que España es el segundo país después de Camboya con mayor número de desapariciones forzosas. A esas personas ni siquiera se les ha concedido un entierro digno.

P: El Gobierno español no parece muy preocupado por investigar esos hechos
R: Reiteradamente el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas se dirige al gobierno español para que tome medidas al respecto, para que apoye la querella argentina, para que se cree una comisión de la verdad o abra una investigación de la dictadura que permita que la justicia argentina siga adelante con sus investigaciones o que se encarguen ellos mismos. Yo también he apoyado la cuestión argentina. He presentado una querella a modo personal con el caso de mis familiares.

P: ¿Bajo el paraguas de la Ley de Amnistía de 1977 se justifica todo lo acaecido en el franquismo?
R: Esa Ley debería ser anulada. Es una ley ilegal. Los crímenes de lesa humanidad no pueden ser acogidos a ninguna amnistía o exoneración. A eso se acoge el Gobierno español y el Tribunal Supremo para negarse a la extradición de los torturadores que solicita la justicia argentina. Espero que de una vez los partidos de izquierda incluyan la anulación de esa ley. Que insisto, es una ley ilegal porque exonera de toda responsabilidad a los responsables de los crímenes, se les perdona pero sin que hayan pedido perdón a nadie. Se les podrá perdonar, pero primero habrá que juzgarles y actuar en consecuencia. Solo así podrá escribir España un relato compartido y que las nuevas generaciones puedan entender lo que fue aquello.

P: ¿Sabe si algún partido lo tiene previsto en su programa?
R: Creo que Podemos, en un resumen del programa que se ha publicado, pretende atender las peticiones del comité de derechos humanos de Naciones Unidas y en definitiva de cumplir con la jurisdicción internacional que obliga a investigar los crímenes de la dictadura y a reparar a las víctimas. Empezando por localizar y exhumar la cantidad de fosas comunes que existen.

P: ¿Ante los vaivenes sufrido por la Ley de Memoria Histórica ha servido para algo más que para dividir un poco más a la sociedad española?
R: La mal llamada Ley de la memoria histórica no sirve para nada. Primero no resuelve problemas tan graves como anular las sentencias de los consejos de guerra. De manera que las personas que han luchado en defensa de la democracia y en contra de la dictadura siguen apareciendo a efectos jurídicos en los archivos como terroristas, malechores. Eso es terrible. Por otra parte, algo que ha sido responsabilidad del estado fascista no lo asume el estado democrático y lo relega a una cuestión particular. De este modo sugiere que las distintas instituciones colaboren con subvenciones para ayudar a la exhumación de las fosas comunes, cuando eso debería asumirlo directamente el Estado que ha sido el responsable de lo ocurrido. Algo que es responsabilidad del Estado se reduce a una responsabilidad particular. Para colmo nada más llegar Rajoy sacó de los presupuestos generales cualquier partida destinada a la subvención para la exhumación de las fosas comunes. La ley de la memoria histórica es una manera de salir al paso frente a la presión de las asociaciones de la memoria, del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas o la querella argentina, pero no resuelve nada.






Podemos ha quebrado el bipartidismo y puesto patas arriba la agenda de la política española






P: Hablemos ahora de usted. Como fundador de Izquierda Unida que fue, ¿ha visto ciertas similitudes en el auge de los nuevos partidos como Podemos o Ciudadanos?
R: Cuando fundé Izquierda Unida ya era consciente de que los partidos tradicionales estaban afectados por una profunda crisis que ya no servían como vehículos para transmitir las inquietudes sociales a las instituciones donde se deciden las cosas. Se pretendía dar vida a una nueva fuerza política renovada, integradora, tanto desde el punto de vista del modelo organizativo como del discurso político. Lamentablemente la inercia de la cultura que portaban las personas que mayoritariamente integraron Izquierda Unida ha conducido a esta formación en muy poco tiempo a ser un partido político más, de corte tradicional.

Efectivamente, salvando todas las distancias que se quieran. En origen, la idea de Izquierda Unida era bastante similar a lo que ha planteado Podemos, tras la irrupción del movimiento del 15-M y otro tipo de movimientos sociales que han sido muy bien recogidos por ellos.

P: ¿Es la formación liderada por Pablo Iglesias lo que usted soñó para su Izquierda Unida?
R: En alguna medida sí. No digo que yo tuviera en la cabeza lo que resultó ser Podemos, pero en alguna medida sí. No sé cómo podrá evolucionar Podemos, supongo que con muchas contradicciones como es natural en una fuerza que acaba de nacer, en la que hay personas que provienen de diferentes ámbitos. Lo que sí es cierto es que solamente lo que ha hecho Podemos con su irrupción en la vida política hasta ahora ya es extraordinario. Ha quebrado el sistema bipartidista y ha puesto patas arriba la agenda de la política española.

P: ¿Qué le dijo Pablo Iglesias cuando le llamó para que se uniera a ellos?
R: Es cierto que me llamó y conversamos sobre la propia situación política, sobre la propia configuración de Podemos. Fue una conversación muy cordial. Más tarde, a través de Podemos Asturias, sí que se me ha sugerido que encabezara la lista por Asturias. Algo que no puedo hacer por un problema físico, tengo cinco operaciones de columna vertebral y eso me condiciona bastante la vida.




Los poderes económicos y financieros han dado por amortizado a Rajoy y al PP, y ahora quieren otra opción. Quizá por ahí se puede entender el auge de Ciudadanos






P: Pero parece que en las próximas elecciones la llave para gobernar la tendrá Ciudadanos ¿Usted los ve tan de centro como proclaman ellos?
R: Las encuestas serias pueden marcar una tendencia pero hay que saberlas diferenciar de las que están muy cocinadas. A Ciudadanos también se el atribuía antes de las Elecciones Autonómicas un porcentaje de votos mucho mayor al que luego tuvo. Sí es cierto, que como tendencia parece que ahora está en alza, al igual que esa tendencia apunta hacia una caída o descenso de Podemos. Habrá que esperar a las Elecciones Generales para saber cuál es el resultado.

No se puede negar la enorme campaña que se ha lanzado en contra de Podemos. A pesar de que cuenta con medios muy escasos a los medios de los dos grandes partidos (PP - PSOE). También es fácil de intuir que Ciudadanos no debe de andar escaso de dinero, viendo la campaña electoral que ha montado. En mi opinión, los poderes económicos y financieros han dado por amortizado a Rajoy y al PP, y ahora quieren otra opción que venga a sustituir a un PP rancio y que tiene una deriva extremadamente conservador. Quizá por ahí se puede entender el auge de Ciudadanos.

P: Oiga, ¿en los años en que estuvo usted en política ya existía la casta?
R: Eso no es algo nuevo. La casta entendiéndola por unos políticos que se alejan de la realidad, que intercambian constantemente cromos, que se alían antes que con la ciudadanía con los poderes económicos y financieros, ya existía. Eso ocurre desde el mismo momento de la Transición. Esa es la triste realidad de este país, no hay independencia del poder judicial, lo han acaparado todo los dos grandes partidos, han gobernado con manga ancha y por si no fuera suficiente cuenta con el apoyo de los grandes medios de comunicación o de los poderes financieros. También cuentan con una no pequeña herencia del Franquismo que les favorece. Cuentan con unos aparatos del estado que no han sido democratizados.

P: Así es más fácil entender que en este país haya tantas puertas giratorias.
R: Eso es una definición muy clara de para quiénes estuvieron gobernando el PSOE y el PP. Cuando se salen del gobierno, los poderes económicos a los que han estado favoreciendo les buscan un buen empleo. Es una manera de pagar favores.

El tema de la corrupción en España es espantoso. La corrupción tiene mucho que ver con la forma que adoptó la transición en España. La transición se hizo como se pudo, pero el timón de ese período lo han llevado los elementos provenientes del Franquismo. En el nuevo Estado democrático ha entrado mucha rémora franquista y permanece todavía. Toda Dictadura es corrupta por naturaleza y en la medida en que se entra en un sistema democrático sin reformar, sin democratizar los viejos aparatos del sistema franquista tenía que traducirse tarde o temprano en corrupción a mansalva. Y no tardó mucho en comenzar a cristalizar esa corrupción, en el segundo gobierno de Felipe González la corrupción era ya institucionaliza en todos los niveles. Lo que ocurre es que en un país que no se armó de valores democráticos la ciudadanía no supo reaccionar. Esperemos que a partir de ahora el que la haga la pague. Y la ciudadanía reaccione contra esos actos.

P: Por lo que me cuenta, ¿se podría afirmar que la Transición ha sido la gran mentira de este país?
R: La Transición se ha hecho a base de amenazas y chantajes. Ten en cuenta que los Franquistas tenían detrás de sí todos los poderes del Estado, incluido el miedo que había inoculado la dictadura después de tantos años. Algo que les favorecía ampliamente. Y por otro lado estaban las fuerzas democráticas que estaban saliendo de la clandestinidad y solo tenían el apoyo popular en favor de las libertades. La desventaja era total. Recordemos la matanza de Atocha, el secuestro de militares, todo ello promovido por los propios aparatos del régimen franquista. En aquellas condiciones, antes de vernos abocados a un nuevo enfrentamiento, las fuerzas democráticas de la oposición tuvieron que hacer grandes concesiones.

Eso lo entiendo y me parece razonable. Lo que no es razonable es que el gobierno socialista tenga mayoría absoluta, y la vuelva a tener en una segunda legislatura, no entiendo cómo no corrigió las grandes carencias y las grandes asignaturas que quedaron pendientes en la Transición. Cuando se habla todavía de una Transición modélica, siempre digo de modélica nada. Cómo se puede hablar en esos términos si se ha olvidado y enterrado a las personas que más han luchado por esa democracia. España no se atiene a los propios tratados internacionales que ha ratificado, ¿cómo se puede llamar modélica una transición en la que un Rey ha jurado los principios del Movimiento del 18 de julio?, que ha sido designado por Franco, se nos ha impuesto un régimen monárquico sin que se de la posibilidad a la ciudadania a que se pronuncie sobre monarquía o república.

P: Da la sensación de que todo lo que ha ocurrido después sea consecuencia de la Transición.
R: En buena medida sí, todo lo que ocurre hoy en día en política se explica a través de lo ocurrido en la Transición. Ha traído consigo, entre otras cosas, un sistema bipartidista, una rotación en el poder PP -PSOE, y ese sistema bipartidista ha cercenado completamente la renovación del sistema. Ese sistema se ha ido pudriendo cada vez más hasta llegar donde estamos. No hay ni una sola institución que no esté tocada gravemente por la corrupción. Desde la institución monárquica hasta los partidos políticos. Eso se manifiesta en la desafección social de los partidos de la casta. La crisis institucional que vive hoy España se debe al modo en que se hizo y se desarrolló posteriormente la Transición.




El error de Podemos ha sido plantear como única opción ganar las elecciones






P: Ese sentimiento de desarraigo entre la clase política y la sociedad española lo ha sabido canalizar muy bien Podemos, pero estos también han cometido errores, ¿cómo cree que evolucionará la formación de Pablo Iglesias?
R: Creo que el error de Podemos ha sido plantear como única opción ganar las elecciones. Ha obtenido resultados fabulosos en las elecciones autonómicas, en las candidaturas de unidad popular, y claro como la expectativa era ganar ha quedado como algo insuficiente. Hemos perdido la perspectiva de que es un partido que en muy poco tiempo ha sacado muy buenos resultados. Algo impresionante. Se han sabido mover en redes sociales, han tenido un discurso descriptivo de una situación que es terrible, como la que vive este país con recortes en sanidad o educación, paro, desahucios... y además lo han sabido explicar. Y ahora estamos en otra fase que es la de plasmar en programas de gobiernos qué es lo que se proponen hacer. Creo que tienen bastantes posibilidades porque en estos últimos meses se ha dibujado un frente común entre PP-PSOE-Ciudadanos, lo cual le deja un amplio margen a Podemos para crecer.






Si volví a la mina fue porque tenía unas responsabilidades familiares







P: Hay quien ya habla de este período como una Segunda Transición, en cualquier caso ¿estamos ante el momento político más importante desde 1978?
R: Sí, sin duda. Sé que no va a ser fácil. En algún momento se pensó que Podemos podía llegar y ganar las elecciones. Yo no soy tan optimista, pero sí es cierto que lo que se logró hasta aquí ya es importante. Tengo mis dudas al respecto de que el PP y el PSOE vayan a seguir siendo los partidos más votados. No lo sé, pero incluso así siempre habrían perdido mucho terreno por el camino, habiendo perdido muchos votos. El bipartidismo está seriamente tocado y eso ya es una condición muy importante para poder avanzar hacia un cambio. Ese cambio yo no lo entiendo como un cambio de fachada. España lo que necesita es una segunda transición, un proceso constituyente y la redacción de una nueva Constitución. Los problemas de la España de hoy no se resuelven con reformas y parches, hay que reescribir la Constitución.

P: Viendo lo que le cuesta a algunos antiguos compañeros suyos abandonar la política ¿nos podría dar su receta? ¿Fue muy traumático para usted?
R: No fue nada traumática. Yo me marché, a mi no me echó nadie. Nunca he entendido la política como una profesión. Mucha gente se ha confundido y lo ha visto como quien estudia para una oposición y entra en un organismo oficial. Siempre tuve muy claro que la política activa, el estar en primera línea es un periodo de tu vida. La permanencia de los políticos en los cargos de responsabilidad es algo muy negativo. Eso es una de las cosas que hay que corregir, la rotación en los cargos. Todo el mundo puede ser vulnerable, dejarse tentar por la corrupción, pero lo importante es que haya un sistema que no permita que eso ocurra. Y una de las medidas importantes es la no permanencia indefinida de los responsables políticos en sus cargos.

P: ¿Se ha arrepentido en algún momento de volver a la mina?
R: No, arrepentirme no. Pero le soy sincero, si volví a la mina fue porque tenía unas responsabilidades familiares y lo único que me aseguraba cumplir con esas responsabilidades era la mina. Tenía una excedencia y me acogí a ella para volver. Si no hubiera tenido esas responsabilidades familiares hubiera intentando ganarme la vida honradamente por otros medios. Sé muy bien lo que es la mina, lo terrible que es. Pero no me arrepentí en ningún momento. Era la opción más práctica y más efectiva que tenía para ganar dinero y sacar a los míos adelante. Posteriormente tuve un accidente que luego me acarreó un montón de problemas y varias operaciones en la columna vertebral. Me dieron la baja por invalidez y hace bastante tiempo que lo dejé.