Amnistía Internacional (AI) ha publicado este martes un nuevo informe titulado Miedo y vallas: Los planteamientos de Europa para contener a las personas refugiadas,que revela cómo cerrando con vallas las fronteras terrestres e intentando que los países vecinos, como Turquía y Marruecos, actúen como filtro se ha negado a los refugiados el acceso a procedimientos de asilo, se ha expuesto a refugiados y migrantes a malos tratos y se ha empujado a la gente a emprender viajes por mar que pueden costarles la vida.

La organización de Derechos Humanos advierte de que "tras los atroces atentados del pasado viernes en París, la Unión Europea debe resistir el impulso de cerrar aún más sus fronteras exteriores, pues con ello seguiría fomentando una serie de abusos contra los derechos humanos sin conseguir mejorar la seguridad ni detener la afluencia de personas refugiadas desesperadas".

“El ceder al miedo ante los atroces atentados de París no protegerá a nadie. Las numerosas personas que huyen de la persecución y los conflictos no se han desvanecido, como tampoco lo ha hecho su derecho a recibir protección. Tras esta tragedia, la negativa a brindar solidaridad a las personas que buscan refugio en Europa, a menudo tras huir de ese mismo tipo de violencia, supondría una cobarde abdicación de la responsabilidad y una trágica victoria del terror sobre la humanidad" señala John Dalhuisen, Director del Programa Regional para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.

AI pide que se establezcan rutas gestionadas, seguras y legales de entrada en Europa y procesos de selección justos, eficientes y rigurosos que cubran las necesidades de las personas refugiadas que buscan protección en Europa y aborden la necesidad de identificar posibles amenazas a la seguridad.

El alto precio de las vallas en Europa
En total, los Estados miembros de la UE han construido más de 235 km de vallas en las fronteras exteriores de la UE, que han costado más de 175 millones de euros, incluidas:
una valla de 175 km en la frontera entre Hungría y Serbia.
una valla de 30 km en la frontera entre Bulgaria y Turquía, que se ampliará 130 km más.
18,7 km de vallas en las fronteras de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla con Marruecos, y
una valla de 10,5 km en la región de Evros, a lo largo de la frontera entre Grecia y Turquía.

Lo que gasta España en las vallas
Según Amnistía Internacional, entre 2005 y 2013, las autoridades españolas han gastado más de 22.000 euros diarios en las instalación y mantenimiento de esas vallas. Sólo en 2005 España destinó casi 40 millones de euros a reparar y reforzar las vallas; 31 millones de euros fueron para aumentar la altura de las vallas en torno a Melilla y para instalar sistemas de vigilancia.
El gasto medio realizado por España al Fondo para las Fronteras Exteriores entre 2007 y 2010 suma 120 millones de euros. De esa cantidad, más de 44 millones se destinaron al SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior en los estrechos y en el mar).

Abusos a personas vulnerables
Según la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), el número de llegadas por mar a la UE en 2015 alcanzó la cifra de 792.883 en noviembre, frente a las 280.000 llegadas por tierra y por mar registradas por la agencia europea para la gestión de las fronteras (Frontex) durante todo 2014. En lo que va de año, han llegado a Grecia por mar 647.581 personas, el 93 por ciento de ellas procedentes de los 10 países que generan más refugiados, según ACNUR.
A 10 de noviembre, 512 personas han perdido la vida en el Mar Egeo este año, y casi 3.500 han muerto en todo el Mediterráneo.

Amnistía Internacional recuerda que, en un nuevo intento por mantener a refugiados y migrantes fuera de Europa, la UE y sus Estados miembros recurren cada vez más a terceros países para que actúen como 'filtros'. La última propuesta, el Plan de Acción Conjunta UE. Turquía por el que este país se compromete a impedir la inmigración irregular, hace la 'vista gorda' ante las violaciones de derechos humanos a las que se enfrentan refugiados y migrantes en este país, denuncia AI. En los últimos meses, Turquía ha estado deteniendo a migrantes y solicitantes de asilo interceptados sin permitirles acceder a asistencia letrada, y ha devuelto a refugiados a Siria e Irak, violando claramente el derecho internacional.

Los guardias fronterizos de Marruecos también han sido cómplices del maltrato a personas que intentaban saltar las vallas que rodean los enclaves españoles, y las reformas del sistema de asilo del país aún no han entrado en vigor, añade la ONG.

“La UE no debe recurrir a países que no pueden o no saben respetar los derechos de las personas refugiadas y migrantes para que le hagan el trabajo sucio. Los países vecinos deben recibir ayuda para desarrollar sistemas de asilo y recepción. La UE no debe servirse de ellos, ignorando alegremente las consecuencias que esto tiene para refugiados y migrantes", ha dicho John Dalhuisen.