Las familias de las víctimas piden explicaciones desde hace tiempo. Foto: Boneca Lareta

 

El accidente del Alvia en la curva de Angrois, poco antes de llegar a Santiago de Compostela, cumplió este verano su segundo aniversario. Dos años y unos meses de un siniestro que se cobró la vida de 81 personas. El exceso de velocidad parece que influyó en el descarrilamiento. Sin embargo, los familiares de los fallecidos y las 140 personas heridas reclaman justicia desde entonces. Buscan conocer la realidad de lo ocurrido aquel 24 de julio de 2013.

El suceso propició artículos, espacios de radio y programas de televisión con un denominador casi común: el sensacionalismo. Ahora, el documental titulado Frankenstein 04155 y dirigido por Aitor Rei, trata de desentrañar desde un punto de vista objetivo las circunstancias que rodearon el accidente del Alvia. Lo hace sin buscar la lágrima fácil.

¿Por qué el título Frankenstein 04155?
Frankenstein es el nombre que en el argot ferroviario se da al Alvia S 730, porque estaba hecho de retales o trozos del Alvia S 130. Para convertir este en el 730 del accidente le incorporan dos generadores de otro proyecto. 04155 es el número de servicio que realizaba el tren ese día, y que aún hoy sigue utilizándose.

Cómo surge la idea de hacer esta película
Tenía previsto irme un par de meses a hacer un reportaje a Libia, pero las cosas allí se complicaron y el proyecto se paralizó. Un día trasteando por las redes sociales me encontré con un post en el que familiares denunciaban todo lo que rodeaba el tema. Me llamó la atención y contacté con ellos. Les dije que era director y que podría interesarme hacer algo. Ahí comenzó todo.

Es un documental de investigación, porque tratáis de averiguar qué ocurrió
Efectivamente, de investigación y denuncia. Yo no quería hacer lo que ya había, es decir, un reportaje que, recurriendo a la pena y al dolor de las víctimas, persiguiera las vísceras del espectador. Yo me quedo con la frase de que este trabajo no se dirige a las vísceras del público, sino a su cerebro. Alguien que lo vio e hizo una crítica la inició con un “sin excesivos sentimentalismos”. Eso era lo que buscaba.

Sí porque me imagino que con todas las horas que habéis dedicado podríais haber hecho otro producto.
Claro. No perseguía la lágrima fácil. Piensa que con la cantidad de horas de grabación acumuladas teníamos material para hacer media docena de 'Salvames' pero no quería eso. Mi objetivo era un documental de investigación y denuncia y algo que no estuviera ya realizado. Al final lo que nos motiva y lleva a embarcarnos en un proyecto así, son los 81 muertos. Ellos ya no tienen voz.

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A qué conclusiones conduce el documental ¿Consigue remover el cerebro?
Está mal que yo lo diga pero hasta ahora, la gente que lo ha visto, sale impactada de la sala. Quizás lo más adecuado es preguntar, precisamente, al público.

Cómo se desarrolló el proyecto
Ha sido un proceso muy largo, de un año y pico, con más de 10.000 horas de investigación. Piensa que llevo más de 500 días a una media de 14/16 horas cada día trabajando. Un ritmo que te lleva casi a la obsesión. Accedes a documentación y poco a poco vas asimilando. Muchos de los datos nos llaman desde el principio. Por ejemplo, que el tren iba con exceso de peso lo sacamos nosotros. Piensa que la instrucción judicial tiene veinti pico mil folios, y los examinamos todos. Entrevistas con ingenieros que ni te imaginas. Intentos evidentes de engaño o de tratar de desviarnos en nuestras investigaciones... ha habido de todo. .

En medio de ese 'de todo' también la responsabilidad ante los familiares por ser casi su última esperanza para conocer la verdad
Es la parte, quizás, más triste de todo esto, porque te cargas de esa responsabilidad. Por ahora la satisfacción que tenemos es que esos familiares te dicen que están encantados, una palabra que te choca de alguien que ha perdido a su hija o hijo. Te podrían decir 'oye Aitor muchas gracias', 'has sido honrado' o 'valiente', pero no. Utilizan esa palabra, 'encantados', porque muchos están desesperados. Hay padres que llevan dos años guardando todos los recortes sobre el accidente.

¿Se puede decir que el trabajo les satisface como afectados directos?
Nosotros nos servimos y basamos para la película en la propia documentación de Renfe y Adif, es decir, documentación oficial y en datos objetivos. Yo no opino, simplemente pongo sobre la mesa esos datos para que después cada uno extraiga sus conclusiones.

Hablemos de esas conclusiones ¿Cuáles son las del director de Frankenstein 04155?
Vamos a ver. Es evidente que cuando diriges una película, el mero hecho de realizarla es ya una opinión en sí misma, pero sin concluir nada. Insisto en que es el espectador el que tiene que llegar a conclusiones.

Digamos entonces cuál es el objetivo del documental
Al inicio del proyecto me planteé dos preguntas a responder con la película. La primera era cuáles son los hechos, a lo que dedique mucho tiempo; la segunda era cuál es la verdad que revelan esos hechos. En base a esto trate de no desviarme por a quién podía beneficiar o perjudicar para llegar a la verdad. Y esto se lo dejé muy claro a las víctimas. El control del documental lo tenía yo; ellos ayudaron mucho pero sin incidencia en el guion. Reclamé la independencia creativa. Tenía claro que no quería hacer un documental de parte. De hecho se invitó a participar a todos los implicados en el asunto, desde la parte política, hasta ingenieros y al propio maquinista.
 

El trabajo de Aitor Rei competirá en los Goya para Mejor Película, Mejor Director Novel y Guion Original, además de otras 6 nominaciones.

 



¿Algún político llegó a aceptar la invitación?
No. Para nada. Alguno de cuya invitación se encargó la plataforma de víctimas, contestó que no participaba por respeto a las víctimas ¡Pero si las que hacían el ofrecimiento eran ellas!

¿Y el maquinista?
Tampoco. Igual que los políticos. Y no es una persona de mi agrado porque no quiso colaborar con el documental pero, sobre todo, con las víctimas. Yo no le achaco el despiste, porque eso le puede pasar a cualquiera, pero sí el no colaborar con las familias. Después de ver las grabaciones diciendo “pobres viajeros” resulta que no quiso ayudarles... Y además aquí hay una influencia del sindicato de maquinistas que genera una protección y que está muy integrado en Renfe. Ya sabes.

Antes hablábamos de las presiones por la responsabilidad hacia las familias ¿Has tenido otro tipo de presiones?
Pues claro y contínuas. De muchas partes, llamadas y cosas de este tipo. A veces de manera directa, otras de forma indirecta. Pero al final me decía a mí mismo, “mira tío aquí hay 81 fallecidos. De quebrar y de irse a tomar viento todo será una manera de quebrar dulce”, en el sentido de que es una búsqueda honesta de la verdad. Si tengo que quebrar que sea por esto, por quienes ya no tienen voz por su memoria y no por dirigir a Paquirrín.

La película ha recibido una mención especial en la Seminci de Valladolid. La semana pasada fue presentada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con un nuevo éxito de público y crítica. Que el documental viene avalado por el resultado final lo demuestra el hecho de que, en la puesta de largo de la capital, estuvieron presentes los responsables y/o miembros de las asociaciones de víctimas del accidente de Spanair, del Metro de Valencia y del Yakolev 42.

A partir de diciembre, llega a los cines (por ahora en más de 20 ciudades), todo un hito para un documental y lo hace con 9 candidaturas a los Goya 2016. Que nadie espere de Frankenstein 04155 nada lacrimógeno o sensacionalista. Es solo una gran película de investigación y denuncia, bien realizada y que solo busca la verdad.