Mariano Rajoy junto a José María Aznar. Foto EFE



A partir de hoy, empiezan unas jornadas a mayor gloria de Mariano Rajoy, con la reunión en Madrid del Partido Popular Europeo (PPE), que contará con la presencia de todos los líderes conservadores europeos. ¿Todos? Todos no, porque el cónclave contará con una ausencia clamorosa ahora que Rajoy necesita más apoyos que nunca de cara a las elecciones generales: la de José María Aznar.

El expresidente del Gobierno, enfrentado a su sucesor desde hace tiempo, ha alegado que estos días los pasará en Estados Unidos, pese a que la invitación formal le fue cursada hace mucho tiempo. Un gesto que ya viene siendo habitual, porque… ¿Cuántas veces hemos oído eso de "desplante de Aznar a Rajoy"?

En Valencia comenzó la política de gestos
La sintonía de Aznar y Rajoy es directamente proporcional a la calidad de los resultados electorales del PP. En 2008, Rajoy había vuelto a perder las elecciones frente a José Luis Rodríguez Zapatero. Lo que casi le cuesta su puesto de presidente del PP en el Congreso de Valencia celebrado ese año. Rajoy consiguió imponer su mando y pidió unidad, algo que no le dio Aznar, que apareció en el cónclave con casi dos horas de retraso, provocando que se hiciera un parón, se pusiera el himno y entrase en la sala saludando. Pero solo a aquellos que eran de su cuerda y el peor gesto se vio cuando llegó a Rajoy, al que dio este gélido saludo.



Pulso por adjudicar al otro a Bárcenas
A principios de 2013, con todo el asunto de Bárcenas al rojo vivo, la estrategia del PP fue mirar hacia delante y asegurar que todos sus problemas eran cosa del pasado. Algo que enojó a Aznar, cuyo entorno se dedicó a contar a todo el que quisiera escucharle su “enfado” con la cúpula y a recordar que Rajoy “lo fue todo” en el PP cuando nació la corrupción, desde vicesecretario, director de campaña en dos ocasiones y hasta secretario general durante un año. Además, fue quien ascendió a Bárcenas en el Congreso de Valencia en 2008 ya que pasó de tesorero del PP a gerente.

La amenaza del regreso
Unos meses después, el 21 de mayo, Aznar estalló en la entrevista más brutal que ha dedicado a Rajoy. Fue en Antena 3, con Gloria Lomana, donde amagó en directo con volver a la política “si España lo necesita”. “Cumpliré mi responsabilidad conmigo mismo, con mi conciencia, con mi partido y con mi país si es necesario”, aseguró por dos veces y se negó a responder sobre si se arrepentía de haber elegido a Rajoy como sucesor: “Es una pregunta interesante pero no tiene ninguna utilidad".

Gusto por el plantón
En 2009 Rajoy convocó una convención ideológica del PP en Barcelona que se presentó como clave de nuevo para afianzar su liderazgo ante las citas electorales que tenía por delante. Sin embargo, Aznar declinó asistir según explicaron desde FAES porque no le habían asignado ningún papel en la cita, y el expresidente mantuvo su agenda internacional. Ya le cogió el gusto a esa práctica del plantón y repitió en 2014 cuando también eludió la convención del PP en Valladolid alegando de nuevo compromisos internacionales.

Las lecciones desde la distancia
Otro formato en el que se ha prodigado Aznar es el de las lecciones en la distancia, tanto en análisis difundidos por la prensa conservadora como desde FAES, que no hay que olvidar que no se trata de una fundación suya sino del PP. Después de las municipales y autonómicas del 24-M leyó la cartilla a Rajoy en una entrevista para ABC, donde instaba a la dirección del partido a "acometer una rectificación enérgica, creíble y suficiente" y aseguraba que no había una postura clara en cuestiones como el aborto o la unidad de España. Tras el varapalo del partido en las catalanas Aznar apareció de nuevo esta vez en forma de contundente comunicado hablando de "quinto aviso" que no se podía desoír.

Poco más tarde Aznar repetía desde la tribuna que le ofrecía de nuevo Vocento, donde se reafirmó en sus críticas y añadió nuevas, como hacia el viaje oficial del Gobierno a Irán en busca de 'petródolares' tras el fin de las sanciones. También elogió a Ciudadanos después de los votos que la formación de Rivera había restado al PP en las catalanas.

Las últimas 'tocadas de narices' del expresidente han sido por la vía de FAES, primero presentando a Rajoy como "clave" del pacto con los nacionalistas en 1996 por el que llegaron al poder. Y hace apenas unos días desde la fundación popular se difundió de nuevo un análisis que ponía la venda antes de la herida en caso de debacle electoral en las generales del 20-D alertando del riesgo de "grieta en el espacio electoral del centro-derecha".