Es el 'delfín', el hombre al que a dedo, y echando a empujones a otros como Carlos Floriano, el propio Mariano Rajoy ha situado en primer plano del PP Nacional..., pero lo cierto es que 'colocar' a Pablo Casado, que es de quien hablamos, en las listas de Castilla y León, su comunidad, va a costar sudor y sangre a los 'populares'. Y muy posiblemente un par de 'guerras civiles'.

'Trasero' de mal escaño
Pablo Casado es un palentino de nacimiento, criado en el PP de Madrid a los pechos de Esperanza Aguirre, y que es ahora diputado por Ávila... Un lío que promete 'mejorarse' en los próximos días cuando en Génova no quede más remedio que dar la orden de salida a la formación de las listas (lo que temen en estos momentos más que a un nublado dada la profundidad de la limpieza de nombres que se anuncia por todas las circunscripciones) y haya que buscarle hueco.

Pablo Casado con su protector..., lo que es su punto fuerte y, al tiempo, su debilidad, porque carece de territorio propio y dependerá del dedo salvador del líder para encontrar hueco en las listas cara al 20D. Foto Flickr PP



Y es que en el 'affair' Casado, la situación se ve agravada por un hecho externo al PP: la irrupción de Ciudadanos. Nos explicamos. Los sondeos han comenzado a mostrar que la que parecía una foto fija en la mayoría de las provincias de Castilla y León, el bipartidismo en forma de dos diputados del PP, uno del PSOE, amenaza en muchas de ellas en pasar a ser una foto a tres, con la entrada de un parlamentario de Ciudadanos a costa del segundo diputado 'popular'. Resultado, el duelo por ser el número uno de la lista en el PP en cada provincia, el único que asegura escaño, va a ser 'a muerte'.

No hay caballeros que le cedan el asiento
Desechado, al menos de momento, que se le incluya en la lista por Madrid, Pablo Casado debería buscarse la vida en su Palencia natal o en su Ávila de adopción y, como decimos, por la que ahora es diputado. El problema es que el número uno en los dos sitios está 'ocupado', y por personajes que no van a result fácilmente desplazables.

En Palencia el número uno lo ostenta Ignacio Cosidó. El fue quien encabezó la lista en las pasadas elecciones y sólo dejó el escaño para ocupar el puesto que ahora ostenta, el de Director General de la Policía. Cosidó ya ha dejado claro en Génova que no va a dar un paso al lado para dejar pasar a Casado. Ser número dos para Casado no sólo sería humillante, teniendo en cuenta que en el PP se le reserva un gran destino, sino además en un peligro. Y es que de cumplirse la previsión de la entrada de Ciudadanos en el reparto por Palencia, Casado se convertiría en un 'extraparlamentario' a la espera de que el PP venciera en las elecciones, formara Gobierno y le encontraran hueco en él a Cosidó. Demasiadas incógnitas para nada menos que un candidato a delfín.

Las listas en Ávila, bajo asedio
Pero es que en Ávila, por donde ahora es diputado (figuró como número dos en las listas) Casado no lo tiene más fácil. Incluso si cabe, lo tiene más difícil. Y eso que en un movimiento preventivo, Casado intentó cubrirse el flanco y se hizo 'abulense' vía alquiler de una casa en Las Navas del Marqués; casa que visita de cuando en cuando, en fines de semana.

Su problema es que el PP de Ávila es ahora una tierra minada, con una guerra abierta a muerte entre varias facciones. Resumimos. Para el número uno, está el histórico Sebastián González, un peso pesado en el partido nacional, en el que llegó a ser coordinador de organización en Génova, como mano derecha de Ángel Acebes. Desplazarle para ser cabeza de lista va a provocar un terremoto. Ser número dos vuelve a plantear el problema de ninguneo de Palencia.

Pero es que en este caso, incluso el número dos va a estar muy reñido, porque el senador y secretario general del PP por esa provincia, Antolín Sanz, tiene levantado en su contra a buena parte del partido provincial. La contestación es tan grande que hace sólo unos meses, tras las municipales, su candidato para la diputación perdió frente a otro candidato presentado en el último momento por un sector rebelde del PP, que no le quiere nada.

El dedo de Rajoy, un conflictivo salvavidas
El temor de Sanz es que si se presenta por el Senado todos esos 'rebeldes' le veten y no marquen su casilla, por lo que acabe siendo el senador menos votado ¿Solución? Quiere pasarse al Congreso, donde al ser la lista cerrada, no tienen más remedio que votarle.

¿Cómo deja esto a Casado? Pues a pesar de ser tan prometedor, nuevamente su futuro queda en manos de Génova. O mejor dicho, de Moncloa, donde Rajoy, que ya le puso el dedo encima para nombrarle vicesecretario general de comunicación, tendría que meterle 'manu militari' en una de las listas. Eso sí, provocando un incendio de dimensiones difícilmente previsibles.