La lista de Montoro
El ministro de Hacienda del partido de Bárcenas, la Gürtel y los sobres ha decidido “dar ejemplo”.En este contexto de agua bendita y rasgado de vestiduras ad hoc, a Leo Messi se le imputa un delito de fraude por valor de 4’1 millones de euros. Junto al jugador blaugrana se sentará su padre, contra el que se presentan los mismos cargos.

A pesar que la Fiscalía exculpaba al futbolista, la Abogacía del Estado ha decidido continuar con el caso. Ejemplaridad, dicen desde el Ministerio. De ahí la famosa lista que Montoro va exhibiendo ufano y terrible como un detente bala, para demostrar ante el electorado – no olvidemos que los turrones y las generales están a la vuelta de la esquina -  que el PP es un partido durísimo contra los defraudadores. Rodrigo Rato debe estar en su casa en pleno ataque de risa.

Cuando la Fiscalía decidió exculpar al argentino, tras declarar éste ante el juzgado de Gavá en el 2013, lo hizo ateniéndose  a la ingenuidad de Leo. “Yo firmo lo que me diga mi papá”. Los que conocen al crack saben que dice la verdad. Los famosos entornos de las estrellas del fútbol manejan a su antojo contratos, dinero y poder. Recordemos las épocas de Maradona, de Cisterpiller, de los representantes que parecían surgidos de una novela ambientada en el Chicago de los años veinte. Incluso el que fuera presidente del Barcelona, Josep Lluís Núñez, ha acabado dando con sus huesos en la cárcel.

Dicho todo esto, entre la culerada se siente una envidia tremenda hacia Florentino Pérez, puesto que su inmaculada concepción empresarial está a salvo de todo mal. Qué curioso. En el palco del Bernabéu debe hablarse de filosofía, claro. Uno espera que, ya que de eso se trata, alguien debata conTito Florenacerca de la hermenéutica de lo concreto, que es un tema.

El caso Messi es distinto al de un pájaro que quiere lucrarse. Lionel es un chaval que se cría en la cantera del Barça, que tiene problemas de salud con su crecimiento, que se dedica veinticuatro horas sobre veinticuatro al fútbol y que no conoce otra cosa que no sea el esférico. Ése no parece ser el perfil más apropiado para crear una trama de ingeniería financiera. Respetando siempre la presunción de inocencia de todo el mundo, quizás la Abogacía del Estado debería apuntar hacia alguien que no fuera Leo.

Pero, ¡ah, señores!, es el momento de demostrar con las personas que salen en las revistas una dureza que pocas veces contemplamos en el mundo de la política. ¿Por qué no hay una investigación profunda, seria, contundente en los casos Pujol o Gürtel? Claro que hay procesos incoados e incluso personajes de este tipo en la cárcel, pero es más rentable políticamente un escándalo a lo Lola Flores, que en paz descanse. Contra los titiriteros se vive mejor, debe pensar Montoro. Y si son del Barça, mejor.

Se ha lucido, ministro, con el ambiente que hay en Catalunya, parece usted un bombero que vaya a apagar el incendio con queroseno.

Que el Estado, o sea, todos los españoles, proceda con dureza contra el defraudador es algo que nadie puede discutir. Que haya defraudadores de primera y de segunda es más discutible. En la lista de Montoro figuran, dice, 5.000 personas con nombres y apellidos. El propio ministro ya amenazó en sede parlamentaria acerca de determinados comentaristas que podían tener el techo de cristal y pagarlo caro.

Siempre se ha ufanado de tener nombres y apellidos, de conocer datos, de saber quién escondía la pasta y quién no. La primera pregunta que uno se formulaba era de cajón. Si lo sabe, ¿por qué no actúa? Y si no lo sabe ¿por qué lo dice? La hacienda no es una espada de Damocles, es algo que conforma el principio de solidaridad elemental en un estado de derecho. Todos contribuimos en función de nuestras rentas al esfuerzo común.

Pero como sea que al amigo ministro le debe gustar Se ha escrito un crimen y debe verse como una Jessica Fletcher con cartera ministerial, ha escrito una lista, ha dicho que a partir del veinte de octubre va a enviar cartas – dentro de sobre, lagarto lagarto – a los que tengan deudas superiores al millón de euros y que a finales de año publicará la primera “lista negra”. Se ignora si en ella saldrán las familias terratenientes de toda la vida o los apellidos de rancio abolengo que no pagan, o algunos elementos pertenecientes a su propio partido.

Fletcher, perdón, Montoro, no dice esta boca es mía. Pero los blaugranas catalanes – que los hay de muchas latitudes – están alucinados. En un momento en que parece que el soufflé soberanista se deshincha, que a Mas no le queda más que la jubilación dorada en Canadá y que podemos reconducir una enorme pérdida de tiempo, van y procesan a Messi.

Hijo, te felicito. Es como para darte la Creu de Sant Jordi.