Nuestro primer cheque regalo de FNAC se lo lleva Santiago de Córdoba Ortega, que en su felicitación nos contó que, gracias a ELPLURAL.COM recuperó su confianza en los medios de comunicación. Ésta es su carta:
Estimados amigos de EL PLURAL.COM, desde hace años y por una suma de circunstancias personales, durante la última década sólo he tenido un único medio de comunicación, EL PLURAL.COM. Por la edad y la consecuente renovación en la estructural orgánica política, pero sobre todo dedicar mi tiempo a la investigación histórica, mi vocación se vio truncada a mi vuelta a España en 1968. Dejé de leer la prensa provincial y nacional porque pertenecía a sus dueños y no al periodista, investigador de la historia diaria. Fue a partir de 2004, en el programa de TVE “59 segundos” y poco después en “La noria” de Telecinco, cuando Enric Sopena y la añorada Antonia Iglesias me engancharon a ver estos programas y a leer EL PLURAL.COM, al que me suscribí hace unos años, siendo mi única puerta a las noticias.

Por todo ello, me sumo a nuestro décimo aniversario. Todas las mañanas recibo vuestro periódico digital en mi correo alternativo al trabajo esperando que seáis más longevos que yo.

¡FELICIDADES!

¡Muchísimas gracias Santiago! Nos ha encantado poder compartir contigo tantas y tantas noticias. También damos las gracias a Araceli, que nos felicitaba desde "muy lejos". Y a Antoni Bernabé, que agradecía nuestra "pluralidad".

Mención especial merece la felicitación de Redentor, que nos contaba así su experiencia con ELPLURAL.COM
La llegada de Zapatero al gobierno provocó una especie de primavera mediática. Sí, los panfletos derechistas seguían inventando la realidad, llegando incluso a defender la inocencia de los terroristas que perpetraron el peor atentado que recuerda este país. También es cierto que en aquellos años el ex Ministro de la Indecencia, Ángel Acebes, daba órdenes a sus acólitos de comprar acciones de medios online creados por ultras con púlpito radiofónico, a cargo de la caja B de su partido. Y que, mientras las televisiones autonómicas se ponían al servicio de conductoras temerarias, el que fuera diario de referencia del progresismo emprendía su camino criptoliberal y, de paso, se le iba escapando el periodismo a borbotones.

Pero, pese a todo, recuperamos algo que era nuestro. Recuperamos una televisión y una radio que gestiona alguien nombrado por un gobierno, pero que nos pertenece y nos sirve a todos. Aquella TVE no tenía que mentir sobre sus cifras de audiencia. Ni mucho menos sobre su seriedad, aunque sólo fuese por comparación con etapas anteriores. Basta recordar lo que cantaban los socialistas congregados en Ferraz durante la conexión en directo de TVE: "Urdaci, tú también a la cola del INEM".

Nunca una rima tan fácil nos resultó tan poética.

Recuerdo al director de este diario, al que tantas veces he criticado, y sus acaloradas intervenciones en un programa fantástico que se llamaba
59 segundos y en el que estaban representadas toda la diversidad de voces para tratar los temas de actualidad. Una televisión de calidad, independiente y con periodistas que honran a la profesión era casi un sueño cumplido después de tantos años de aznarato.

No sé si descubrí El Plural a través de ese programa, que inmediatamente incluí en mi lista de visitas diarias a medios, que empieza siempre por los grandes periódicos, pero que se detiene en los más pequeños y nativos online, que suelen ofrecer una visión de la realidad menos marcada por las afinidades políticas. Aunque tengan un posicionamiento ideológico, los digitales tienen que ganarse al lector cada día.

Y aquí sigo, criticando todo lo que no me gusta que, afortunadamente, es mucho, pero no lo suficiente como para borrar El Plural de mi lista de visitas obligadas.

Por supuesto, Zapatero nos falló. Como cabe esperar de un buen socialdemócrata, hizo las reformas que se propuso hacer, aguantó carros y carretas cuando le acusaron de colaborar con ETA, de chavista o de asesino de niños por aprobar una ley del aborto que en pocos años el PP se apropiará. Hay que reconocerle el mérito. Eso sí, cuando se trató de mirar al lobo a los ojos, hizo lo que le ordenaron: recortar el estado del bienestar y aprobar una vergonzante reforma constitucional.

Hace falta algo más que progresismo para enfrentarse a los poderes económicos. ¡Si incluso a la izquierda a veces le tiemblan las piernas!
Basta con ver la pasión y capitulación de Tsipras, que se libró por los pelos de ser crucificado por Merkel y sus lugartenientes.

Pero también hace falta algo más que progresismo para informar desde una perspectiva de izquierdas. Hace falta dejar a un lado el pensamiento único al que todos estamos sujetos: desde 2008, cada titular que comienza por "la crisis" sirve para justificar en alguna medida el paro y los recortes de derechos. ¿Es que no se han enriquecido más durante ese periodo los que ya tenían demasiado? ¿Es que no es cierto que los impuestos efectivos a las rentas más altas en España son ridículamente bajos? Quizá lo que hemos justificado en "la crisis" merecía otras perspectivas.

El lenguaje también hay que recuperarlo. O reinventarlo. Hemos caído en la trampa de los neocon y neoliberales. Hablamos de "carga fiscal" para describir el pago de impuestos que financian hospitales y escuelas, algo que debería ser un orgullo para los que pagan sus impuestos y construyen el país. ¿Por qué es una carga o una presión? Precisamente los que, en teoría, más pagan son los que tienen suficientes ingresos como para vivir holgadamente. La carga la lleva el parado, el precario o el enfermo a los que la insolidaridad de los más afortunados les impide una vida digna. Ya veis que me conformo con poco, recuperar conceptos tan propios de la izquierda y tan vigentes como "clase trabajadora" o "explotación" es tarea para otros. Aunque si dejamos de hablar de neoliberalismo y empezamos a llamarle por su nombre, capitalismo salvaje, aquí tienen lector para 10 años más como mínimo.

Incluso creo que se hace necesario recuperar la economía. Hacer que las cifras sirvan para explicar la realidad y no para ofuscarla. La famosa prima de riesgo, que todos temen y casi nadie comprende, no es otra cosa que la diferencia entre la solvencia de un país comparada con Alemania.

Bueno, quizá nuestra prima de riesgo nunca hubiese sido tan alta de haber conocido los desmanes de Deutsche Bank manipulando los intereses en Europa, la corrupción de Siemens en Grecia o las trampas de Volkswagen por todo el mundo. Pero de repente lo que importaba era cuánto más confiaba ese ser informe al que llaman "los mercados". La labor del periodismo no es sólo contar lo que te cuentan, también hay que analizarlo, cuestionarlo y saber cuándo te están utilizando para hacerle el trabajo sucio al poder. ¿Recuerdan la frase de Orwell?
"Periodismo es contar algo que alguien no quiere que cuentes, todo lo demás es comunicación".

Pues estos son mis deseos para vuestros próximos 10 años. Que hagáis un periodismo de calidad, veraz e inequívocamente de izquierdas. Que mejoréis en todo en lo que procuro daros caña, sabiendo que no publicaréis la mayoría de mis comentarios, pero confiando en que alguna vez os sirvan para algo. Y que en 2025 podamos olvidarnos de todos los Rajoy porque tengamos un país más decente (que, para mi, es lo mismo que decir que alcancemos el socialismo).

Ni que decir tiene que no os escribo por el famoso cheque. Y creo que muchos de vuestros lectores lo harían igualmente sin ese gancho. Aunque los afortunados agradecerán el regalo, el mejor regalo para vuestros lectores es que sigáis escribiendo.

También le damos las gracias a Faustino, feliz por habernos conocido y por su vida al lado de su novio.
"Diez años dan para mucho sobre todo si tienes veinte; pero en mi caso que ya estoy más cerca del medio siglo, la sensación es que no para tanto Aunque carecía de lista sí recuerdo la proyección a través de imágenes de como quería ser años venideros. Mi lista va de sueños ya cumplidos: El primero y el más importante ha sido "conocer el amor". Si a estas alturas no hubiera conocido a mi chico, el resto de esta lista no tendría demasiado sentido".

José Luis Anguita Fernandez  reclamaba, como Vicente del Bosque, "un poco mas de información deportiva" y Alberto Villadiego, que ponía el foco en sobre el 15 M y la aparición de nuevos partidos:
El 15M fue el detonante de los cambios políticos en fondo y forma que vivimos en este país en la actualidad. Se trataba de una corriente subterránea de opinión que salió a la luz en forma de tiendas de campaña y jaimas instaladas en miles de plazas. No querían un bipartidismo que parecía anquilosarse en dimes y diretes sobre quién tenía el mayor número de imputados. Es cierto que el verano de 2011 terminó con la llegada de las hojas que caen otoñales de los periódicos amarillentos. Era una estampa imponente de juventud y alegría que parecía buscar su sitio en los álbumes de fotos.

Hubo que esperar a principios de 2014 para ver aquellas proclamas traducidas al lenguaje del programa político bajo el nombre de Podemos. Irrumpieron con fuerza en las elecciones al Parlamento Europeo y se consolidaron, bajo la fórmula de las agrupaciones de electores, en las elecciones municipales de este año conquistando las dos grandes ciudades de España, Madrid y Barcelona. Pero el sentimiento de hartazgo que llevaba a muchos a gritar en 2011 “No nos representan” no se debe monopolizar en las filas de Pablo Iglesias. Las encuestas a lo largo de este último año demuestran que el cambio político también viene de Ciudadanos, que ha ganado espacio desde el centro.

En este recorrido de la segunda década del siglo XXI de nuestra democracia pretendo hacer ver que el cambio, palabra tan manoseada por politicastros, no surge espontáneamente sino que nace de la fuerza pionera de unos pocos.

Si quieres participar, envíanos tu carta. La mejor, más original o emotiva será premiada con un cheque de 60 euros de FNAC.

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