El papa Francisco a su llegada a la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en su sede en Nueva York (Estados Unidos) este 25 de septiembre de 2015. EFE



El papa reivindicó hoy acabar con los privilegios de algunos países en la toma de decisiones en Naciones Unidas y en organismos financieros que dictan medidas que suponen un "abuso o usura" en los países en vías de desarrollo.

Francisco pronunció un discurso en Naciones Unidas, la primera vez que un papa se dirige a un grupo tan amplio de gobernantes mundiales en su Asamblea General, en el que denunció además el abuso y destrucción del medio ambiente, contra el que pidió "pasos concretos y medidas inmediatas".

Ante el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, Francisco dijo claramente que hay que acabar con el privilegio del que gozan los cinco miembros permanentes de su Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia).

Debe ser el final también para los privilegios "en los organismos financieros internacionales y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas", opinó el papa.

Esos organismos, dijo Francisco, "han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de estos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia". El objetivo último, dijo, debe ser "conceder a todos los países, sin excepción, una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones".

Atacó Bergoglio lo que denominó "falsos derechos", que se oponen a "grandes sectores indefensos, víctimas de un mal ejercicio de poder", y recalcó que hay que "afirmar con fuerza" los derechos de mujeres y hombres excluidos, "consolidando la protección del ambiente".

Como se esperaba, Francisco instó a que en la próxima Conferencia de París sobre Cambio Climático se alcance acuerdos "fundamentales y eficaces" y habló del concepto del "derecho del ambiente" porque, aseguró, "cualquier daño al ambiente (...) es un daño a la humanidad".

El papa dijo que los cristianos y las otras religiones monoteístas creen que el universo resulta de una decisión del Creador y que el hombre puede servirse respetuosamente de la creación, pero afirmó: "No se puede abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla".

El pontífice elogió la existencia de la ONU como "historia de importantes éxitos comunes", pero criticó las consecuencias del "incumplimiento" de las normas internacionales que de ella emanan.

"Cuando se confunde la norma con un simple instrumento para utilizar cuando resulta favorable y para eludir cuando no lo es, se abre una verdadera caja de Pandora de fuerzas incontrolables, que dañan gravemente las poblaciones inermes, el ambiente cultural e incluso el ambiente biológico", precisó Francisco.