¿A quién no le gustan unas elecciones? Las elecciones son a la democracia lo que las bodas a los pueblos: todos juntos, escondiendo los errores del pasado y venga a cotillear por lo bajini. Eso sí, lo que nunca falta en las bodas, pese a todo, es el buen humor. Y dentro de poco tenemos tres: el bodorrio, mi gran boda griega y la catalana, que es un poco como un divorcio o intento de, una rareza [será cosa del hecho diferencial, no creen ustedes?]. Nosotros no sabemos cómo son los políticos en lo suyo, pero en lo de Internet, parece que les faltan ideas y tablas. Esta novia va de todo, menos blanca y radiante.

Un mundo [catalán] feliz
Si va a ser así, nosotros también queremos! Mas y sus muchachos han sido capaces de inventarse una Catalunya sacada de un cuento de Disney, en la que todo es perfecto, como una serie americana familiar de los 80 [aquellos maravillosos años]. Es lo que se llama, fijar expectativas.



 

Syriza, el voto daltónico
Quizá el compañero Tsipras tenga clara su visión de futuro, pero los diseñadores de la página web del partido parecen necesitar una revisión oftalmológica. Claro, que la culpa no la tienen ellos, pobres criaturas, sino quien eligiera para la paleta de colores: el rojo, el verde y el morado. Pero eso sí, la manera de mezclarlos y la obsesión por los rectángulos no tienen excusa.


 



 

Trump… Ay señor, llévame pronto
Este personaje no deja de fascinarnos. Los antropólogos del futuro lo estudiarán como una anomalía cuántica o algo así. Y, como no podía ser de otra manera, su web está a la altura de lo demás. Desde el extraño encuadre de la megafoto [no se pierdan el detalle del puño de la camisa], todo lo demás va en línea. Lo mejor, el link a su canal de YouTube, en el que no encontramos ni un solo vídeo de su campaña. Eso sí, mucha Ivanka y mucho 757.



 

Catalunya es posible, pero la web no
Por aclamación popular, hemos querido incluir también esta web en la que nos encontramos con apuestas de diseño tan disruptivas como un carrusel de imágenes superior en el que todo el tiempo se repite la misma foto y fondos de pantalla digamos que… bueno, ustedes ya nos entienden. Lo mejor, el vanguardismo total de la agenda, absolutamente rompedor.

Cualquier tiempo pasado fue… ¿pasado?
La verdad es que, si los miramos despacio, son el sueño de cualquier hipster. Aunque el vídeo no tiene desperdicio por ningún lado, lo del segundo por la izquierda es simplemente hechizante; no hay manera de apartar la vista de él.