El fallecimiento del empresario José María Ruíz-Mateos pone fin a una vida de exposición mediática, creación de imperios empresariales y tropiezos con la Justicia, desde la expropiación de Rumasa en 1983.
Infografía de la Agencia EFE



José María Ruiz Mateos, el empresario y político que ha protagonizado décadas de la actualidad española, deja una herencia envenenada tras descubrirse que Nueva Rumasa era un entramado con multitud de sociedades en paraísos fiscales, que quebró en 2011 con una deuda de 1.500 millones de euros y con miles de inversores atrapados. Profesor mercantil por la Escuela de Comercio de Jerez, José María Ruiz-Mateos comenzó su carrera empresarial exportando vino a Inglaterra, campo en el que ya poseía una importante experiencia ya que su padre, Zoilo Ruiz-Mateos Camacho, que llegó a ser alcalde de Rota, había sido un experto corredor de vinos de la época. Dos de sus hijos varones están ya en la cárcel, pero a los 13 vástagos les espera un calvario judicial.

Se culpó para liberar a sus hijos
La presunta estafa de Nueva Rumasa deja pendientes más de 50 causas tanto en la Audiencia Nacional como en juzgados de instrucción y audiencias provinciales de toda España. "No quiero morirme sin haber devuelto el dinero a todos los que confiaron en mí", repetía  en los últimos meses. Ruiz-Mateos no quería pasar a la historia como un estafador, pero no dudó en culpabilizarse y pedir su ingreso en prisión en numerosas ocasiones para evitar el peso de la justicia recayera sobre sus hijos varones.
Eso en cuanto al caso de Nueva Rumasa, pero la quiebra de la primera Rumasa ya le había llevado a la cárcel.

Siempre bajo sospecha
La reiterada falta de auditorías externas a los bancos del grupo como de sus sociedades más importantes desde el año 1978, la obstrucción permanente a las inspecciones del Banco de España y los desproporcionados riesgos asumidos por los bancos que financiaban internamente al grupo con respecto de la solvencia del mismo, provocaron que en 1983 el Gobierno del PSOE acordara su expropiación. Ruiz-Mateos inició entonces una campaña contra el Gobierno al que demandó para solicitar una indemnización. Ganó la causa en el tribunal europeo de Estrasburgo, pero acabó encarcelado tras ser condenado por evasión de divisas, fraude y apropiación indebida.

Tras la creación de Nueva Rumasa, en la que nadie del mundo financiero creyó y por eso los bancos no le dieron créditos,  comenzó en 2009 a captar financiación de pequeños inversores mediante emisiones de pagarés que, con un importe mínimo de 1.200 euros, se comprometía a devolver con un 8% de rentabilidad anual. La empresa aseguró que 5.000 inversores habían confiado en la compañía. Ciudadanos que creían a pies juntillas que Ruíz Mateos había sido víctima de una conspiración de los socialistas confiaron en él. Fue una estafa.

La "huchita" Suiza
Ruíz Mateos publicitó en radio, prensa y televisión la emisión de sus pagares y prometía que el dinero se iba a destinar a comprar empresas cuando en realidad era para ir afrontando pagos de deuda de distintas compañías de su propiedad. Todo ello además de desviar dinero presuntamente fuera de España, algo que está bajo investigación judicial. Joaquín Yvancos, antiguo abogado de la familia, llegó a denunciar que Ruiz-Mateos había desviado hasta 600 millones Suiza. De allí, se habría ido llevando el dinero a distintos paraísos fiscales. Era lo que en la familia se conocía como "la huchita", según han manifestado ex colaboradores del empresario fallecido. Estaba procesado por los delitos de estafa y administración desleal.

Marqués por la República de San Marino
En 1982 el Consejo de Estado le autorizó a utilizar el título de Marqués de Olivara que le había sido otorgado por la Serenísima República de San Marino. Casado con Teresa Rivero,  con la que tuvo trece hijos: seis varones, que eran los que estaban al frente de Nueva Rumasa, y siete mujeres, todas ellas apartadas de la gestión del grupo.

Fundó Rumasa (Ruiz Mateos Sociedad Anónima) en 1961 junto a sus hermanos. El grupo se cimentó principalmente en el sector vitivinícola, y el bancario. Luego se dedicó a comprar empresas con problemas económicos para su supuesto reflotamiento. Fue propietario de multitud de entidades financieras como Banco de Albacete, Banco Alicantino de Comercio, Banco de Sevilla, Banco Meridional, Banco Condal, Banco Peninsular, Banco General del Comercio y la Industria, Banco Comercial de Cataluña, Banco Atlántico, Banco de Jerez o Eurobank. También creó la cadena hotelera Hotasa, compró la cadena de grandes almacenes Galerías Preciados,  la marca de lujo Lowe y  empresas vitivinícolas como Bodegas Paternina, Garvey, Bodegas Franco-Españolas, René Barbier, Segura Viudas y Conde de Caralt. Y también entró en el fútbol, compró el Rallo Vallecano al que dejó tan arruinado como el resto de empresas.