Si compráramos Charlie Hebdo el titular sería así: “Je suis caradura”; pero de haber adquirido el conservador británico Daily Mail con Thatcher de protagonista, habríamos leído: “Quédense con los caraduras y I want my money back”; aunque ya puestos, si nos hubiéramos aventurado a ojear el rotativo de Marhuenda, sin pisar las flores del jardín, claro, encontraríamos esta proclama de la hija del presidiario Fabra: “¡Qué se jodan los caraduras!” Nos hemos permitido esta licencia alegórica porque la realidad supera con creces a la fábula. El caso es que la expresidenta María Dolores Cospedal reaparecía el pasado jueves (ha estado 40 días y 40 noches en silencio vacacional y mediático) para arremeter contra todos aquellos que critican sus devastadoras políticas sociales aplicadas por su Gobierno durante largos cuatro años en Castilla-La Mancha. “Hay que tener caradura para decir que se ha destruido el Estado del Bienestar”, sentenció. Desde ELPLURAL.COM hemos buscado a los principales “cinco caraduras” que han puesto en duda el “buen” trabajo realizado por el PP en esta materia en la comunidad castellano-manchega, y este es el resultado:

UNO. “Caraduras dependientes”: Si Jomián levantara la cabeza
El “caradura” portavoz de la Plataforma de la Ley de Dependencia en Castilla-La Mancha, José Luis Gómez-Ocaña, mantiene que Cospedal será recordada siempre como la presidenta con la que más de 5.000 dependientes fallecieron sin haber recibido nada aún teniendo el derecho reconocido, como la presidenta con la que se dejó sin atender de forma efectiva a más de 8.000 familias, a las que hurtó la prestación económica, como la presidenta con la que se daba “servicio” a grandes dependientes con enfermedades terminales con una hora y media de ayuda a domicilio, como la presidenta con la que se retiraban prestaciones a niños de 7 años con parálisis cerebral severa por ir a un colegio de enseñanza reglada, pero sobre todo, y eso le perseguirá allá donde vaya, como la presidenta con la que falleció Jomián, el niño gran dependiente al que se le denegó una prestación económica y que ni siquiera pudo morir con su madre a su lado”. ¡Vaya caradura!, este portavoz.

DOS. “Caraduras desahuciados”: Ella compraba una casa por 2,4M€
Están también los “1.200 caraduras” que eran desahuciados en 2012 en Castilla-La Mancha sin que el Gobierno de Cospedal hiciera nada por impedirlo (es más, enviaba cartas a los inquilinos de viviendas sociales amenazándoles con ponerlos en la calle si no pagaban), pero paralelamente ella adquiría, mejor dicho le regalaban el 50 por ciento de una mansión valorada en 2,4 millones de euros, se habilitaba una torre de vigilancia en un vallado que convertía la vivienda en los llamados Cigarrales toledanos en un auténtico búnker, custodiado por una veintena de agentes que velaban también por su seguridad en sus desplazamientos, como así lo denunció el Sindicato Unificado de Policía a través de su secretario Juan Hernández, que criticaba la falta de policías ya que “hay veinte funcionarios dedicados a la seguridad de la presidenta regional”, sentenció. O lo que es lo mismo, una unidad de los llamados antidisturbios a disposición exclusiva de Cospedal.

TRES. “Caraduras profesores y médicos”: 15.000 a la calle
Pero esto no se llama desmantelar el Estado del Bienestar. Ni tampoco destinar más de 30 millones de euros para medios de comunicación amigos en el conocido escándalo como “CospeLeaks”, dado a conocer por ELPLURAL.COM. No, se llama políticas de ajuste, es decir, el austericidio famoso que llevó a Cospedal a cerrar un centenar de colegios rurales, masificar las aulas, a despedir a 10.000 profesores y maestros, o a poner de patitas en la calle a 5.000 sanitarios (2.000 médicos), según las principales centrales sindicales, además de a otros cinco mil funcionarios, convirtiéndose así en la comunidad que más empleo público destruyó en números absolutos, lo que le valió a Cospedal el título de campeona de los recortes; pero esto no tiene nada que ver con el Estado del Bienestar. No, esto es cosa de los “caraduras” de los maestros y los médicos que fueron acusados, éstos últimos, de no trabajar lo suficiente para cobrar luego “peonadas”.

CUATRO. “Caraduras enfermos”: Colapso y muerte en urgencias
Y no conforme con dejar la plantilla sanitaria en cuadros, María Dolores Cospedal ordenó el cierre de plantas enteras de hospitales en la región; incluso pretendió privatizar media docena de centros sanitarios, pero no tuvo compradores y desistió. Las urgencias, como en el hospital “Virgen de la Salud” de Toledo eran conocidas por los enfermos como “los pasillos del infierno”, donde un paciente podría estar días enteros porque no había camas para su ingreso y, lo que es peor, morir por falta de atención médica al no contar con facultativos suficientes para ser diagnosticados, como fue el caso de una mujer nicaragüense, que tras cuatro largas horas de agonía fallecía esperando a ser tratada, suceso adelantado en exclusiva por este periódico. Esto no es minar el Estado del Bienestar, como tampoco retirar el oxigeno a los enfermos domiciliarios o negarles el agua a los ingresados en el hospital de Alcázar, o citar a 20 meses vista a un enfermo coronario… ¡Caraduras! Se quejaban por todo.

QUINTO. “Caraduras jueces”: Sentencias contra su política
Si a todo esto le añadimos que los “caraduras” que ratifican el intento de María Dolores Cospedal de liquidar el Estado del Bienestar no son solo los medios de comunicación, los sindicatos, la oposición política o los ciudadanos, sino que son los tribunales y los jueces los encargados a través de una docena de sentencias de anular parte de las políticas sociales llevadas a cabo por la expresidenta de Castilla-La Mancha, entonces, la cosa cambia de forma radical. Vayamos por partes, los magistrados impidieron que cerrara las urgencias nocturnas de una veintena de pueblos, el Tribunal Superior de Justicia anulaba la supresión de 700 plazas de empleados públicos, de las que unas 400 estaban cubiertas por interinos, y ordenaba que volvieran a su puesto de trabajo y que se les abona el dinero dejado de percibir, a la vez que obligaban al reingreso de una profesora despedida porque estaba embarazada. Suma y sigue: Un tribunal tumbaba la ley de dependencia elaborada por el Gobierno de Cospedal que pretendía ningunear, aún más si cabe, a este colectivo; otro juzgado tiraba por tierra el Plan de Recursos Humanos que afectaba a los conductores del Parque Móvil de la Junta…hasta una decena de sentencias recogen la necesidad de mantener el Estado del Bienestar Social que algunos “caraduras” quisieron destruir y que no lo lograron por el apoyo expreso de la Justicia y la oposición de los agentes sociales. Por todo esto, “los caraduras” de Cospedal se preguntan: “¿Por qué cree esta mujer que ha perdido la confianza de los ciudadanos?”