El exministro José Ignacio Wert y su esposa, Montserrat Gomendio. Foto: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte



La Junta de Asociaciones de Diplomáticos Españoles (JADE) ha criticado duramente el nombramiento el nombramiento del exministro José Ignacio Wert como embajador de España ante la OCDE, por el que cobrará 10.000 euros al mes.

“Embajador por amor debería ser una película de Hollywood y no una realidad de la Administración Española”, ha señalado la organización en clara referencia a que el destino de Wert, Paris, haya sido el mismo que el de su esposa y exsecretaria de Educación, Monserrat Gomendio, también esté destinada en este organismo desde hace meses.

Puertas giratorias
La JADE, que representa al 65% de cuerpo diplomático español, ha expresado su “preocupación” por el nombramiento de José Ignacio Wert considerándolo “un ejemplo más dentro de la serie de personalidades de los dos partidos mayoritarios que, a lo largo de los últimos años y sin cualidades resaltables para el puesto, son premiados con embajadas como si se tratara de un grupo empresarial que recoloca a sus directivos”.

Desde la asociación de diplomáticos consideran que “la Administración no puede convertirse en un sistema de puertas giratorias”, además de ser una “imprudencia” el nombramiento de un embajador con un marcado carácter político a apenas cuatro meses de las elecciones generales ya que “a nadie se le escapa que cualquier otro partido o coalición revocará el nombramiento, con el consiguiente perjuicio para el Tesoro Público, la embajada y nuestras relaciones con la OCDE”.

Ante este asunto, la JADE exige que “los nombramientos de embajadores de España deben realizarse de acuerdo con los principios de responsabilidad, transparencia y ejemplaridad que reclama la sociedad española”.

Discrecionalidad, que no arbitrariedad
Desde la asociación de diplomáticos no se “discute la discrecionalidad que la ley otorga al Consejo de Ministros para nombrar a los representantes españoles ante terceros países u organizaciones internacionales”, pero señalan que esta “discrecionalidad de los nombramientos no puede convertirse en arbitrariedad”.

Sobre estos nombramientos, la JADE recuerda que “debieran llevarse a cabo entre los funcionarios diplomáticos” que “se encuentran perfectamente capacitados para ocupar cualquiera de los puestos existentes en las distintas misiones de España en el exterior”. Y recuerdan que “el nombramiento para puestos de representación exterior de personas de confianza o incluso la asunción por éstas de funciones de política exterior puede perjudicar, y ha perjudicado, los intereses de España, en tanto en cuanto no cuentan con la preparación y experiencias necesarias para moverse por la escena internacional”.