Esperanza Aguirre escribe en una pizarra durante un acto de la campaña electoral.



La presidenta del PP de Madrid y cabeza visible de la oposición a Manuela Carmena en el Ayuntamiento de la capital, Esperanza Aguirre, ha difundido en su blog un artículo llamado Populismo y caudillismo que parecía preludiar confesiones, pero en realidad se trata de su enésimo alegato contra Podemos. Lo curioso es que en su intento de atacar a la formación va dibujando poco a poco y con gran precisión su propio perfil político.

Neocom frente a neocon
Así, la popular insiste en que en sus inicios Podemos tuvo que ser definido como comunistas o "como 'neocom' (con 'm' de neocomunista), es decir, como comunista pero que no se atreve o no quiere decirlo a las claras" y lamenta que todavía no se les califique de esa manera.

Obviamente Aguirre no es 'neocom' pero sí tiene más reticencias para confesar lo que es, una neocon del sector más integrista de su partido, aunque prefiera etiquetarse como una 'liberal' anglófila devota de la separación de poderes y los controles sobre el poder. Su supuesto estilo 'no intervencionista' quedó retratado en su control absoluto de Telemadrid o en el 'capitalismo de amiguetes' con aliento público que consagró su Gobierno regional, con Caja Madrid como imagen más dolorosa.

Representar al pueblo, denunciar sectarismo, enemigo exterior...
A continuación Aguirre apunta que "muchos analistas políticos" se han referido al partido de Pablo Iglesias con el calificativo de "populista", y matiza que "populista sería todo partido que se arroga, motu proprio, la representación de todo el pueblo. Y, como consecuencia de atribuirse la representación de todo el pueblo (aquí, de “la gente”), descalifica a los demás partidos, a los que considera sectarios y corruptos, y a los que niega hasta legitimidad democrática de origen y de ejercicio (“la casta”) Populistas serían todos los partidos que se dirigen al pueblo ofreciendo soluciones fáciles de entender para problemas muy difíciles. Populista sería todo aquel partido que se inventa un enemigo exterior al que hay que combatir".

Poco que añadir, claro que Aguirre se ha arrogado la representación del pueblo español e incluso de su esencia, que ha descalificado como "sectarios" a sus adversarios políticos y hasta a fiscales y que ha hecho del enemigo exterior uno de sus motores, con especial énfasis en Cuba y Venezuela, aunque en realidad ve enemigos por todas partes, desde las televisiones hasta su propio partido.

Caudillismo y culto a la personalidad
"Populista sería todo partido que hace del culto a la personalidad del jefe, caudillo, la clave de su acción política. El culto al jefe de Podemos está siendo, también desde el primer momento, auténticamente llamativo", apunta también la 'lideresa'. Este punto no merece ni aclaración, cuando toda la propaganda del PP de Madrid en la última década ha girado en torno a explotar la personalidad de Aguirre como si de una marca se tratara gracias en buena medida a la ayuda de medios palmeros.

Aguirre sentencia así que Podemos es un movimiento populista "casi de libro", pero lo que ha esbozado en realidad es un cuadro, y más concretamente un autorretrato.