Eduardo Andradas, concejal de Sí Se Puede, la marca con la que Podemos se presentó a las pasadas elecciones municipales en la localidad madrileña de Alcobendas, se ha visto obligado a presentar esta semana una denuncia por amenazas e injurias a raíz de los comentarios que desde el pasado 13 de junio, fecha en la que tomó posesión de su acta de concejal, viene recibiendo en las redes sociales.

El origen de las amenazas
Todo ello a raíz de las palabras que pronunció en la jura de su cargo público, cuando en el salón de Plenos del Ayuntamiento de Alcobendas prometió guardar lealtad al Rey por “imperativo legal, y hasta que esta Constitución, mediante la democracia, acabe en la tercera República española”. 

El silencio de los medios
Desde entonces, este poeta y sindicalista ha recibido decenas de comentarios en los que le llegan a calificar como “un hijo de puta que debería irse a Venezuela o Cuba a que le peten el culo”. Insultos que la mayoría de los medios de comunicación han silenciado en contraposición a la enorme cobertura que han ofrecido sobre los comentarios que el concejal de Ahora Madrid, Guillermo Zapata, realizó hace cuatro años en Twitter faltando el respeto a víctimas del terrorismo como Irene Villa.

Los comentarios
“A esta gente habría que prenderles fuego en las sedes y en los Ayuntamientos donde estén”, “valiente hijo de puta te iba a meter yo la República por el culo”, “gilipollas, te pegarán una paliza en la calle por insultar al Rey (…) Mamón, me cago en todos tus putos muertos”, son solo algunas de las amenazas que Andradas lleva soportando desde el pasado 13 de junio.  Mensajes que en algunos casos han ido acompañados de imágenes de pistolas o solicitudes públicas para que le metiera en la cárcel por delincuente o terrorista.

 

 

 

 

 

En busca de una rectificación
Ante este clima de acoso, Andradas finalmente ha optado por llevar a la Justicia los comentarios que afectaban a su integridad física y la de sus familiares. Lo hace, tal y como ha explicado a ELPLURAL.COM, renunciando al objetivo de conseguir una sanción penal o económica, sino conformándose únicamente con “una rectificación reconociendo públicamente que se han equivocado”.