Dos activistas de Femen, Con el lema “libertad para abortar” pintado con tinta negra en su cuerpo, se encadenaron a un crucifijo en el altar de la catedral de la Almudena, en Madrid, para reivindicar el derecho al aborto libre de las mujeres. EFE



Este miércoles han declarado ante la justicia las dos miembros de Femen que se encadenaron al crucifijo de la Catedral de la Almudena el pasado 13 de junio de 2014. Las dos activistas han respondido solo a las preguntas de su abogado declarando que no pretendían ofender a nadie al realizar su “protesta pacífica” semidesnudas.

Ambas activistas de Femen fueron acusadas por la Asociación Española de Abogados Cristianos por supuestos delitos relacionados con la incitación al odio antirreligioso y contra la libertad religiosa.
La presidenta de la Asociación acusadora ha relatado que las miembros de Femen “han reconocido que eligieron la catedral de la Almudena por lo que significa y que es un lugar de culto pero han alegado que ir desnudas no es ofensivo, que es simplemente un símbolo”.

En su declaración, las activistas han manifestado que simplemente querían mostrar su desacuerdo de manera político-artística. Según la misma abogada de la acusación, las Femen han dicho que “había gente en la catedral pero que no estaban rezando y que en ningún momento querían faltar el respeto a nadie sino que era una acción pacífica no violenta sin intención de ofender y han negado que se encadenaran a un crucifijo”.

La abogada de la Asociación Española de Abogados Cristianos ha finalizado esperando que, ante “unos hechos tan evidentes”, haya una “repercusión y una consecuencia legal por todo lo que han hecho”.