Dice Cristina Cifuentes, la candidata, y no le faltaría razón, que las dos últimas imputaciones de la Púnica, las de los hasta ahora mimados por el PP madrileño, Salvador Victoria y Lucía Fígar, son 'herencia recibida', personajes del partido con los que ella ni siquiera ha tenido especial buena relación personal en algún caso... Que 'el pecado' en este caso debe 'manchar' a Ignacio González y a Esperanza Aguirre, que eran 'sus padrinos', y que de sus roces, fotos incluidas, no puede responsabilizarse.

 

La miembro más veterano de la dirección del PP en Madrid
En una entrevista en RNE hoy insistía en el mismo argumento el vicesecretario de organización del PP, Carlos Floriano: "no se le pueden imputar a Cifuentes responsabilidades de otros", decía, antes de asegurar, increíblemente en alguien que lleva décadas de dirigente en el partido, que los problemas de corrupción del PP son cosas del pasado y que han hecho cuenta nueva y no se repetirán, sin hablar para nada de su alejamiento y del de otros responsables del partido de la política.

Pero el problema para Cifuentes es que ella no es una candidata recién llegada al partido. Que de hecho es la dirigente 'popular' de Madrid que más tiempo lleva en el PP, 35 años. Pero, sobre todo, que ella es la presidenta regional del Comité de Garantías y de Derechos desde hace siete años... O lo que es lo mismo, es la máxima responsable de la disciplina en el PP madrileño. La jefe de, para que se entiende bien, la 'oficina de Asuntos Internos' 'popular'.

Los estatutos del PP dejan pocas dudas
Como muestran a partir de su página 77 los estatutos del PP aprobados en su último Congreso, el XVII, celebrado en Sevilla entre el 17 y el 19 de febrero de 2012, que se pueden consultar en este enlace, "los Comités de Derechos y Garantías son Órganos encargados de garantizar el ejercicio de los derechos de los afiliados, instruir y resolver los procedimientos disciplinarios que en el orden interno se sigan contra afiliados del Partido y aplicar, en su caso, el régimen sancionador derivado de los presentes Estatutos".

En el desarrollo de este articulado, el PP establece que incluso se establecerá una "subcomisión que velará de manera especial por el cumplimiento de las normas y compromisos a que han de ajustar sus comportamientos los cargos públicos del Partido".

Conicimiento por cualquier medio
El funcionamiento de los comités regionales es idéntico al nacional. De hecho, en ellos, se advierte que "los Comités Regionales de Derechos y Garantías tienen competencia para instruir y resolver cualquier expediente, incluso aquellos cuya sanción pueda ser la de expulsión del Partido".

Cifuentes: "Corresponde a González y Aguirre decidir sobre Figar y Victoria".., pero ella como presidenta del Comité de Garantías también tendría palabra. Foto EFE



Y advierten que el Comité deberá actuar: "cuando por cualquier medio se tuviera conocimiento de falta de ejemplaridad en el comportamiento o conducta de un afiliado o cargo de representación institucional del Partido, se acordará la apertura de una información reservada que podrá devenir un expediente disciplinario".

Cifuentes presidenta del Comité de Derechos y Garantías desde septiembre de 2008
Cristina Cifuentes, como presidenta desde septiembre de 2008 del Comité de Derechos y Garantías de Madrid tiene complicado, por tanto, lavarse las manos sobre los temas de corrupción en su partido. En realidad, lo sorprendente es que no se conozcan las investigaciones, actuaciones y expedientes que ha llevado el Comité durante todos estos años, precisamente en una 'sucursal' del PP como la de Madrid, líder en temas de corrupción con las tramas Gürtel y, ahora, la Púnica, en cabeza.

¿Cifuentes, como 'jefa en Madrid de la policía' no sólo en la ciudad, sino también de su partido, no ha sabido nada de lo que sucedía todos estos años en su partido a pesar de que llenaban los periódicos y los informativos de radio y televisión? ¿O el Comité de Derechos y Garantías que presidía miraba para otro lado?

Sea cual sea la respuesta a estas preguntas, lo cierto es que su presencia en ese cargo clave para evitar la corrupción interna en su partido, obliga a mirar de otra forma esa exculpación que ella misma y otros dirigentes hacen de la Cifuentes candidata a presidir Madrid.