Después de que Telefónica ratificara sus compromisos de inversión de calidad para continuar el despliegue y mantenimiento de las redes de fibra óptica y de las partes abordaran conjuntamente los convenios, los sindicatos desconvocaron hace tres semanas la huelga de contratas de instaladores que trabajan con la compañía de telecomunicaciones. La Asociación de Comerciantes del Centro de Barcelona ha emitido un comunicado alertando de que la inacción de las autoridades ante esta ocupación genera inseguridad jurídica y pone en peligro el resto de establecimientos.

Pocos pero capaces de boicot
La normalidad operativa había vuelto a casi toda España con la desconvotaria de huelga y con la aplicación de los acuerdos pero tres sindicatos minoritarios, AST, CGT y CoBas, mantienen una huelga indefinida que según empresas instaladoras afecta apenas a un 5% de estas contratas en Vizcaya, Guipúzcoa y Barcelona. Sin embargo, este reducto de huelga se ha vuelto más virulento con la presencia de algunos piquetes y por ejemplo en Barcelona un grupo de manifestantes ocupa la tienda de Movistar en la Plaza de Cataluña, que permanece así cerrada desde el pasado sábado. La patronal de las contratas está dispuesta a escuchar y dialogar pero con el paso de las semanas se disparan las sospechas de que esos sindicatos estén buscando en realidad una confrontación y la prolongación del conflicto por otros intereses. El Mundo ha identificado por ejemplo al líder de la CUP, David Fernández, entre los participantes en el asalto de la tienda de Barcelona durante la jornada de reflexión.

Más de 3.000 sabotajes denunciados
Durante las semanas de huelga y hasta la fecha, Telefónica ha detectado y denunciado más de 3.000 sabotajes en distintos puntos de España. La policía nacional de hecho ha efectuado hasta ahora 16 detenciones por actos violentos contra infraestructuras y bienes propiedad de la compañía, y también se ha alertado de agresiones y coacciones a compañeros. Los sabotajes no han hecho distinciones y han dejado en ocasiones sin línea a hospitales, centros de salud, servicios de emergencias o servicios de seguimiento de las órdenes de alejamiento de maltratadores. Todos los detenidos son miembros del sindicato minoritario AST, conocido porque muchos de sus miembros han intentado reventar las Juntas Generales de Accionistas de Telefónica increpando al Presidente, y ahora instan a la huelga aunque esas contratas no forman parte de la plantilla de la compañía y están integradas en su gran mayoría por autónomos que gestionan su propio trabajo.