Iñaki Rekarte y Jordi Évole durante la entrevista en Salvados - Twitter Salvados



El último programa de Salvados de la temporada se ha convertido en uno de los más comentados de su historia al tocar uno de los temas que más heridas mantiene aún abiertas en España. La entrevista de Évole al exetarra Iñaki Rekarte no ha dejado de recibir críticas y apoyos por partes iguales desde su emisión el pasado 10 de mayo con un 16% de cuota de pantalla.

En una pieza recogida en El Confidencial Digital, se recogen los ataques que ha lanzado la izquierda abertzale al periodista y su programa acusándolo de trabajar para el Gobierno español y de preguntar al dictado de lo que quiere saber el Ministerio del Interior.

Las opiniones del etarra arrepentido fueron muy críticas con el conjunto de la banda terrorista y su estrategia asesina durante décadas. Este hecho supuso el punto más atrayente de la entrevista y el que más ha enfadado a los militantes abertzales y sus ideólogos que han tildado el trabajo de Évole de parcial y de decir mentiras o medias verdades sobre la banda terrorista. El colectivo echa en falta opiniones contrarias a las que defendió Rekarte y acusan al periodista de no estar “dispuesto a escuchar críticas, como el resto de periodistas del mundo”.

Respuesta a las víctimas
Jordi Évole no ha respondido aún a estas acusaciones de la izquierda abertzale, pero sí a Silvia, cuyos padres murieron en uno de los atentados cometidos por Rekarte y que había criticado el programa  durísima carta fue publicada por El Mundo este lunes. Évole responde a través de su columna para El Periódico de Catalunya . En su comentario, el periodista recuerda cómo Silvia le acusó de no haber sido más duro y de haberle dolido mucho que éste no recordase el nombre de aquellos a los que mató, entre ellos sus padres.

Évole, que ha confesado que la conversación le sacudió por dentro, pidió perdón a la mujer pero entendiendo que ninguna entrevista le hubiese complacido y asegurando que volvería a hacer el programa, pero lo haría mejor gracias a conversaciones como la mantenida con Silvia. "Sigo creyendo que el periodismo tiene la obligación de contar qué pasaba dentro de una organización como ETA" ha enfatizado.