El presidente de la Comisión de Defensa y diputado del PP por Toledo, Agustín Conde. EFE



El Grupo Parlamentario Socialista pide a la Mesa del Congreso que ordene a la Comisión del Estatuto de los Diputados la apertura de una investigación sobre los “intereses y actividades” desarrolladas por el diputado del PP por Toledo, portavoz adjunto de esta formación y expresidente de la Comisión de Defensa de la Cámara Baja, Agustín Conde, tras conocer la ocultación en su obligada declaraciones de bienes (ver declaración) de la titularidad de una empresa, así como los trabajos desarrollados para el Banco Santander, según recoge la iniciativa presentada por los socialistas este jueves, 30 de abril, y firmada por su portavoz, Antonio Hernando, a la que ha tenido acceso ELPLURAL.COM (ver iniciativa completa).

Ocultamiento en la declaración de intereses
En la iniciativa, el GS recuerda que Conde habría ocultado en su declaración de intereses (ver documento) la propiedad y la actividad de administrador único de la empresa Eco Witt, dedicada a la eficiencia energética, la actividad de apoderado de la sociedad del Santander Titulización Sociedad Gestora de Fondos, representante legal de la filial inmobiliaria del banco de los Botín, Altamira Real State y su actividad como asesor de la misma entidad de crédito. Todo esto fue obviado por el diputado protegido por María Dolores Cospedal y aupado por ésta a lo más alto de la política nacional, que sólo admitió ser “administrador único de la asesoría jurídica Conde y Esteban S.L. y abogado, sin relación alguna directa o indirectamente con el sector público”.

Incompatibilidades y otros quebrantamientos
Ante estos incontestados hechos, el PSOE subraya que la autorización del Congreso está avalada siempre y cuando “no incurra en actividades prohibidas en el artículo 159.2”, para seguidamente precisar que Conde ha reconocido los hechos relativos a la propiedad de las empresas citadas, “si bien no ha querido confirmar las actividades de asesoría de las que se ha informado”. En este sentido, la iniciativa socialista recuerda que la compatibilidad excluye, entre otros aspectos, “la prestación de servicios a entidades de crédito y financieras”. De ahí que señalen el “incumplimiento de la obligación del parlamentario de declarar las actividades e intereses que desarrolle”, y especialmente en un banco, “que no estaría incluida en el ámbito de la autorización concedida”, concretan.

Resistencia a declarar sus bienes
Acorralado desde todos los frentes, incluido los suyos, a Conde no le ha quedado más remedio que anunciar una obvia rectificación de su obligada declaración de bienes e intereses en el registro del Congreso de los Diputados. Y es que no es la primera vez que el parlamentario toledano demora hasta el límite, o lo sobrepasa, sus declaraciones. Así, siendo senador presentó en 2011 los documentos un día después de la fecha límite fijada por la Cámara Alta. Un tanto de lo mismo ocurrió con su llegada al Congreso de los Diputados, en noviembre de 2011, donde mientras que sus compañeros cumplían con la ley entre noviembre y diciembre, él tardó seis meses,  hasta el 31 de mayo, para dar a conocer su imponente patrimonio, como lo prueba la propiedad de  una parcela urbana de 7.500 metros cuadrados con una casa de 650 metros en Toledo en régimen ganancial y otras dos viviendas en la misma ciudad, una más  en Cuerva (Toledo) y una quinta en Madrid, así como dos solares en Cuerva, todo ello en régimen privativo de copropiedad, además de su respectivo sueldo público que lleva cobrando desde que entró en política como concejal en 1991, siguió como alcalde de Toledo (1995), continuó como diputado regional (1999), como senador (2004) y como diputado nacional (2011). Eso sí, Conde ha dejado huella allí donde ha tenido nómina.

Siempre a favor del poderoso
Y tanto. Qué Conde defienda a la banca frente a aquellos que no pueden pagar una hipoteca, eso, a estas alturas, no extraña a nadie, sobre todo al PP de Talavera de la Reina donde le tuvieron que parar los pies ante su insistencia en pedir la ejecución de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha que dejaba en la calle automáticamente a más de 400 familias, lo que para la Ciudad de la Cerámica, gobernada por los “populares” y con un índice de paro muy por encima de la media nacional, sería un verdadero drama. Aunque Conde se debe, ante todo, a los poderosos grupos a los que representa como abogado en sus ratos libres, que parecen ser muchos. Pero aquí no queda la cosa, también puso su “sabiduría legal” al servicio de una nueva empresa, con el consiguiente daño para los trabajadores, que en palabras del líder sindical de CC OO, José Luis Arroyo, “no es ético ni es estético”, para seguidamente señalar que: “A la ciudadanía le cuesta entender que cargos públicos, pagados con el dinero del contribuyente, se dediquen a diseñar e interferir en batallas jurídicas privadas, con un claro interés económico de parte”.  Comportamientos que para el sindicalista justifica “la desafección de la ciudadanía respecto a la política, si bien a políticos como el señor Conde les importa poco”, sentenció.

El despacho de la discordia
Críticas que vienen justificadas por la voracidad de Conde a la hora de engordar su facturación, como lo justifica la creación de un despacho de abogados con su amigo y socio hasta hace unos meses, el consejero de Cospedal, Leandro Esteban, que fundado en 1999 se “dedica a la prestación de servicios de asesoría jurídica, y la organización empresarial de los elementos materiales y humanos para el ejercicio profesional de la abogacía”. Sin embargo, las cosas no empezaron a ir bien y ambos socios rompieron relaciones profesionales, quedando como administrador único de la empresa el diputado Conde, máxime después de que Esteban cayera en desgracia por su nefasta gestión de la Fundación para la Promoción de Castilla-La Mancha, un fondo de reptiles encargado de beneficiar principalmente a los medios próximos al PP.

Mentor de Aquilino Polaino y otras excentricidades
El caso es que la polémica siempre ha rodeado a Agustín Conde, adquiriendo en no pocas ocasiones tintes esperpénticos, como el día que decidió apadrinar a Aquilino Polaino, un extraño personaje que de su mano declaró en la Cámara Alta que a los homosexuales “se les puede ayudar con terapia reparativa, porque aunque se haya desclasificado (como enfermedad) no quiere decir que no haya trastornos”. O cuando llamó “imbécil y canalla” al parlamentario de izquierdas Joan Coscubiela. Los insultos están recogidos en el libro de sesiones del Congreso de los Diputados. Currículum que en otro partido serviría para apartarlo de la primera línea. No así en el PP, donde Cospedal lo ha catapultado, convirtiéndolo en uno de los “tres tenores” del partido (Hernando-Casado-Conde) y en portavoz adjunto del Grupo Popular.