El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso. EFE



El Gobierno vuelve a iniciar marcha atrás en otra de sus decisiones sanitarias polémicas, la retirada de la vacuna contra la varicela en el calendario oficial y gratuito, que provocó que muchas familias tuvieran que viajar a Portugal o Andorra a obtener las dosis. Al ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, le está tocando el papel del bueno en la película en la que a Ana Mato le tocó el del malo, y que no tiene a otro protagonista de fondo que a Mariano Rajoy.

Alonso reconoce que los pediatras eran contrarios a la prohibición
Alonso ha dado indicios del cambio este jueves en una entrevista en RNE cuando se ha mostrado a favor de que se abra el debate sobre la vacunación de los bebés contra el virus de la varicela. El ministro no tuvo más remedio que reconocer que los pediatras recomiendan por unanimidad vacunar a los niños cuando cumplen su primer año de vida y con una segunda dosis a los cinco años. La opinión de los pediatras siempre ha sido la misma y, aún así, el Gobierno impuso su decisión.

De 142.000 a 161.000 casos
El ministro de Sanidad no habló de los motivos por los que el Gobierno recula ahora, en año electoral, después de hacer lo mismo con otra medida muy polémica, la retirada de la cobertura sanitaria a los inmigrantes sin papeles. Detrás de ambas medidas hay unas consecuencias negativas para la salud. Con la decisión que afecta a los inmigrantes se colapsó los servicios de Urgencias y se puso en riesgo la salud pública de los españoles. La retirada de la vacuna contra la varicela a los niños ha provocado que el número de enfermos se disparara y cambiara el ritmo de descenso de los últimos 15 años. Según datos recogidos por La Voz de Galicia, se pasó de 142.000 casos en 2013 a 161.000 casos en 2014.

Mato prohibió la venta en farmacias
Como en la medida contra los inmigrantes, Alonso tendrá que deshacer lo hecho por Ana Mato, que impidió la opción de compra privada del suero contra la varicela en las farmacias españolas, obligando a muchas familias a viajar a países como Portugal o Andorra a adquirir las dosis. Hasta mediados del 2013, la vacuna no estaba incluida en los calendarios pediátricos de todas las comunidades autónomas, y en algunas sólo se aplicaba a niños en riesgo y los de 12 años que no hubieran padecido la enfermedad, pero las familias podían comprar la vacuna en las farmacias.