En el año 2012 el Gobierno de Rajoy pidió el rescate financiero para salvar a los bancos, se vio obligado a ello después de la quiebra y nacionalización de Bankia, llevada a la ruina después de más de 20 años de gestión controlada por el PP y de la dirección de dos iconos del aznarismo, Miguel Blesa y Rodrigo Rato. Rajoy y Luis de Guindos se negaron a pronuncia la palabra 'rescate' y hablaron de 'ayuda financiera', una negativa que fue ridiculizada en la prensa internacional. La troika (Unión Europea, FMI y BCE) puso a disposición de España 100.000 millones de euros, de los que según el Gobierno solo se utilizaron 41.000 y de los que más de la mitad se lo 'tragó' Bankia. Pero además el Gobierno activó una serie de ayudas fiscales que reportaron a los bancos otros 40.000 millones y que ahora Bruselas investiga para decidir si son ayudas estatales o no.

Ayudas fiscales
Según informa el Financial Times, la operación diseñada por el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha llevado a la Comisión Europea a investigar si los denominados "activos fiscales diferidos" son ayudas estatales, dado que el Gobierno modificó la rebaja del impuesto de sociedades para ayudar a los grandes bancos. Operaciones similares realizaron los Gobiernos de los países que sufrieron la crisis de la deuda soberana, como Grecia, Portugal e Italia, aunque Irlanda no figura entre ellos. Si la Comisión Europea concluye que las rebajas fiscales por las que se inyectaron otros 40.000 millones a los bancos son ayudas estatales encubiertas, y por tanto ilegales, todo el rescate bancario estará en entredicho, los bancos afectados tendrán problemas y Luis de Guindos tendrá que dar muchas explicaciones.

Consecuencias
Si Bruselas declara ilegales esas ayudas fiscales los bancos tendrán que volver a aclarar sus cuentas, especialmente los que recibieron más dinero del rescate, pero afectaría a todos los grandes. Desde la patronal bancaria señalan que las ayudas fiscales pasaron los filtros de la Autoridad Bancaria Europea y del BCE, que los incluyeron como parte del capital en los bancos examinados.
Más allá de estas cuestiones, lo que se ha puesto de manifiesto ha sido una gran mentira y manipulación del Gobierno del PP, dado que se redujo el impuesto de sociedades el 25% durante dos años para todas las empresas menos para los bancos. El Gobierno lo vendió como una medida de castigo a los bancos, cuando en realizad fue una operación de ayuda que les reportó otros 40.000 millones. Si a los bancos se le hubiera aplicado la rebaja sus activos fiscales se hubieran tenido que valorar aún más a la baja.